Escriba lentamente. Dibuje su letra con la más cuidadosa caligrafía. Te acostumbrarás a expresarte de manera sosegada y acabando las palabras y las frases.
No mires a los ojos de tus interlocutores, mira al entrecejo. Así, los mirarás de frente, y te mantendrás alejado de la influencia de su mirada.
No te rasques, ni afines tu garganta, ni te arregles la camisa. Todos estos detalles debes hacerlos fuera de la vista del público.
No te fijes en una sola persona, pasa alternativamente de unos a otros.
Cuando hables a una sola persona (de cerca), desplaza la mirada continuamente por el rostro de tu interlocutor.
No mires nunca el reloj.
No trates de convencer a tu adversario de que está en un error, sino unirte a él en una verdad más elevada.
Cada persona tiene siempre la razón. Nadie tiene razón.
Pronuncia correcta y claramente.
Vicios de la comunicación oral-personal: Afán de aprobación, Inestabilidad verbal, efusividad comunicativa.
Paradoja hidrostática de la controversia: comunique usted dos vasos por un tubo. Uno de ellos es de tamaño corriente, el otro tan grande como el mar. Pues bien, el agua quedaría al mismo nivel en ambos. Así ocurre con la discusión: iguala a los sabios con los tontos, y los tontos LO SABEN. Oliver Wendell.
Utiliza las manos para remarcar y enfatizar lo que dices.
No levantes las manos por encima de la cabeza.
Para improvisar bien, no hay que improvisar nunca.
Prepara anécdotas, comparaciones, metáforas, preguntas sugerentes, refranes, dichos de sabiduría popular, cuentos breves, e incluso chistes.
Concluye con una idea clara e incluso impresionante que la gente “se lleve a casa”.
Describe un objetivo claramente. Escribe libremente todo lo que sepas sobre ese tema. Lee el resultado y marca con números los párrafos en los que hables de lo mismo. Recorta con una tijera los párrafos marcados con el mismo número y pégalos en orden en un nuevo folio. Subraya las ideas principales de cada conjunto de párrafos (de cada tema). Haz lo mismo con ideas secundarias y terciarias. Pasa todo a limpio, ya tienes tu discurso organizado.
Escribe todos los días, es la única manera de entrenar al subsconciente creativo y que salga de vez en cuando a relucir y a tomar el control. Así conseguirás escribir cosas verdaderamente brillantes. (El flow.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario