martes, 28 de abril de 2020

El papel de pared amarillo (Charlotte Perkins, 1892)



The Yellow Wallpaper (en español: "El papel de pared amarillo" o "El papel amarillo") es un cuento corto de 6000 palabras obra de la escritora norteamericana Charlotte Perkins GilmanEs considerado una importante obra seminal de la literatura feminista norteamericana. La historia presenta los efectos de la falta de estimulación sobre la salud mental de la narradora y como ella desarrolla una psicosisGilman utilizó su cuento para explorar el rol de la mujer en Estados Unidos en su época. Ella trató temas tales como la falta de una vida más allá del hogar y las fuerzas opresivas de la sociedad patriarcal. Con su trabajo Gilman marcó el camino a escritores tales como Alice Walker y Sylvia Plath. Gilman indicó que la idea del cuento le surgió a partir de su experiencia personal como paciente. (Wikipedia)
  • En el colegio aprendí una gran lección, que la ciencia, la ley, era más fiable que la autoridad.
  • Mis principios eran hacer siempre lo correcto, decir la verdad, y la búsqueda de la mejora de la humanidad.
  • John se ríe de mí, por supuesto, pero es lo que una espera del matrimonio.
  • Personalmente no estoy de acuerdo con la opinión de John. Personalmente, creo que algo de trabajo agradable, emocionante y variado me haría bien. Pero ¿qué puede hacer una?
  • No me gusta ni pizca nuestra habitación.
  • NO había visto un papel peor en mi vida…
  • El color es repulsivo, casi repugnante; un amarillo sucio rabioso, extrañamente decolorado por el lento paso de la luz del sol.
  • Pienso a veces que, si estuviera lo bastante bien como para escribir un poco, eso aliviaría la presión de las ideas y me relajaría.
  • Estoy empezando a cogerle verdadero cariño a la habitación a pesar del papel de la pared. Quizá DEBIDO al papel de la pared.
  • Me levanté con cuidado para tocar y ver si el papel EN VERDAD se estaba moviendo, y cuando regresé John estaba despierto.
  • Este papel tiene una marcada peculiaridad, algo que nadie parece advertir salvo yo misma, y es que cambia a medida que cambia la luz.
  • El patrón del primer plano sí se mueve -¡y con razón! ¡La mujer que hay detrás lo agita!
  • En cuanto apareció la luz de la Luna y esa pobrecilla empezó a gatear y a agitar el patrón, me levanté y fui corriendo a ayudarla.
  • Luego me enfadé tanto que arranqué de un mordisco un trocito de una esquina de la cama -pero me hice daño en los dientes.
  • Ni siquiera me gusta mirar por las ventanas -hay muchas mujeres de esas arrastrándose, y se arrastran muy deprisa.
  • Me pregunto si todas ellas salen de ese papel de la pared, igual que yo.
  • Supongo que tendré que volver detrás del patrón cuando caiga la noche, ¡y eso es duro!
  • Por fin he salido -dije-, a pesar de ti y de Jane. ¡Y he arrancado todo el papel para que no podáis volver a meterme dentro!

domingo, 19 de abril de 2020

La Peste (Albert Camus, 1947)





- Hay ciudades y países donde las gentes tienen, de cuando en cuando, la sospecha de que existe otra cosa.
- La gente se casa, se quiere todavía un poco de tiempo, trabaja. Trabaja tanto que se olvida de quererse.
- La única medida que pareció impresionar a todos los habitantes fue la institución del toque de queda. A partir de las once, la ciudad, hundida en la oscuridad más completa, era de piedra.
- Todos experimentaban sentimientos monótonos.
- Al grande y furioso impulso de las primeras semanas había sucedido un decaimiento que hubiera sido erróneo tomar por resignación, pero que no dejaba de ser una especie de consentimiento provisional.
- Nuestro amor estaba siempre ahí, sin duda, pero sencillamente no era utilizable.
- Por eso me he decidido a rechazar todo lo que, de cerca o de lejos, por buenas o por malas razones, haga morir o justifique que se haga morir.
- Sé únicamente que hay en este mundo plagas y víctimas, y que hay que negarse tanto como le sea a uno posible estar con las plagas.
- Los meses que acababan de pasar, aunque aumentaban su deseo de liberación, les habían enseñado a ser prudentes y les habían acostumbrado a contar cada vez menos con un próximo fin de la epidemia.
- Todo el mundo estaba de acuerdo en creer que las comodidades de la vida pasada no se recobrarían en un momento y en que era más fácil destruir que reconstruir.
- Para ésos que habían perdido toda dicha con el ser ahora confundido en una fosa común o deshecho en un montón de ceniza, para ésos continuaba por siempre la peste.
- En el hombre hay más cosas dignas de admiración que de desprecio.
- No es la peste, es la vida, nada más.
- Todo lo que el hombre puede ganar al juego de la peste y de la vida es el conocimiento y el recuerdo.
- La estupidez insiste siempre.
- Los actos más nefastos provienen de la ignorancia.
- No hay nada sobre la tierra más importante que el sufrimiento de un niño.
- Todas las victorias de los hombres son provisionales, la victoria definitiva le corresponde a la muerte.