jueves, 3 de diciembre de 2020

La epidemia del narcisismo (Jean M. Twenge, W. Keith Campbell, 2010)


 



El narcisismo social descansa sobre cuatro patas, una pata tiene que ver con la educación, incluyendo la permisividad de los padres y una educación centrada en la autoestima; la segunda pata es la cultura mediática de la fama superficial; la tercera es Internet; la cuarta es el crédito fácil que hace que los sueños narcisistas se hagan realidad. 

La inflación narcisista del yo es hermana gemela de la inflación crediticia. Ambas son burbujas.

La cultura del éxito y los medios induce a pensar en la fama proveniente de la atención recibida, no en la proveniente de logros reales.

Internet nos invita a presentarnos al mundo desmesurada y egocéntricamente.

Podemos tomar el camino hacia nuestras familias y comunidades, que valora aquello que nos trae dicha sin perjuicio para los demás, relaciones profundas, comunidades fuertes, trabajo intenso y vacaciones apasionadas. Libertad y responsabilidad. Este camino es más difícil, porque está basado en la realidad, no en la fantasía; y es un camino, no un destino, porque la perfección no existe. A largo plazo es el camino adecuado, pero el largo plazo no importa en esta sociedad.

Desde los años ochenta hasta la actualidad, los rasgos narcisistas han aumentado con tanta rapidez como la obesidad, siendo el cambio más acusado entre las mujeres.

El colapso hipotecario que ha llevado a la crisis del 2008 fue causado, en parte, por un exceso de confianza narcisista y unas ganas de exhibición narcisista de los compradores, que afirmaron poder permitirse casas cada vez más grandes y más caras.

En el largo plazo, el narcisismo resulta perjudicial para el éxito.

Las consecuencias a largo plazo de la epidemia narcisista resultan destructivas para la sociedad.

En los 60 se luchaba por el bien común, en los 80 por ser el número uno.

En diez años se produjo un aumento de cinco veces de las intervenciones de estética y cosmética, la gente gasta mucho más de lo que ingresa y acumula cantidades de deuda, las casas son cada vez más grandes, aumenta el número de nombres únicos (extraños, originales), aumentan las infidelidades. Entre 2006 y 2007 el número de adolescentes que se aumentaron el pecho escaló un 55%.

La autocrítica y el trabajo en las propias debilidades es el verdadero camino hacia el éxito académico y profesional.

Presumir no es de buena educación, pero la mayor parte de los estadounidenses -y de los padres estadounidenses- piensa lo contrario, opinan que alardear es lo correcto.

Nuestra cultura ha desdibujado la frontera entre la autoadmiración y el narcisismo de un modo extremo y autodestructivo.

Tratar a los hijos como si fueran el hijo de dios no promueve la autoestima, sino el narcisismo.



En el mito de narciso, este queda petrificado por la autoadmiración, inhabilitándose para conectar con nadie externo a sí mismo, y daña a otros (a Eco). En definitiva, es como en la vida real: las consecuencias más serias del narcisismo recaen en los demás y en la sociedad.

El narcisista tiene un yo desequilibrado con una imagen de sí grandiosa e inflada y sin vínculos profundos con los demás.

El narcisista se pasa la vida regulando sus relaciones sociales a fin de maximizar la autoadmiración. Cuando funciona, el narcisista siente un subidón de estima y orgullo; cuando falla, el narcisista reacciona con enfado, culpando a otros o entrando en cólera.

Hacer daño a los demás no está bien. El comportamiento narcisista que causa sufrimiento en los demás no es saludable.

Las redes sociales fomentan el culto al yo y las relaciones sociales superficiales, de usar y tirar.

El narcisista rico puede pagarse todos los lujos -incluidas operaciones de estética- para seguir inflando su ego y manteniendo una imagen inflada de sí mismo. Es mucho más complicado y peligroso ser narcisista y pobre, traerá muchos más problemas.

Los estadounidenses están convencidos que hacerse más vanidosos, materialistas y egocéntricos es algo bueno.

El exceso de confianza es negativo para el desarrollo personal ya que los narcisistas reciben mal las críticas, aprenden poco de sus errores, carecen de motivación para mejorar, y el exceso de confianza les puede llevar a un bajo rendimiento.

El narcisismo es un gran predictor del éxito imaginario, pero no del real.

Los narcisistas son los que más afirman más de lo que saben.

Los narcisistas tienen una alta tolerancia al riesgo porque tienen mucha confianza en estar en lo cierto y en que las cosas siempre les irán bien.

Los narcisistas son capaces de rendimiento individual, pero no de rendimiento en grupo.

Cuando los narcisistas reciben reconocimiento y admiración públicos por su rendimiento, se esfuerzan más y rinden más que los no narcisistas.

El índice Gini muestra que la desigualdad económica en los EEUU ha crecido de modo sostenido desde los 80.

Los narcisistas gastan mucho dinero y energías en mantenerse guays y guapos.

Los narcisistas no asumen responsabilidades, y eso puede acabar destruyendo su vida personal y profesional, lo que acaba por deprimirles.

El narcisista sobrevive explotando a los demás, los costes son soportados por los que le rodean. Ellos mantienen su felicidad haciendo sufrir a los demás, machacándolos, atribuyéndose sus logros, explotándolos, humillándolos, maltratándolos.

La peor consecuencia del narcisismo es el sufrimiento de sus seres queridos.

Un pequeño número de narcisistas puede ejercer daño a un número muy elevado de sus conciudadanos.

El 43% de las niñas de la ESO querían ser la asistente personal de algún famoso, el doble de las que escogió ser “rector de una universidad”.

“Me encanta tener un coche que vaya, o sea, que cuesta más que la casa de mucha gente”.

Sweet and Sassy, salón de belleza para niñas que ofrece un paquete que incluye la recogida en casa de la niña en limusina rosa.

Internet es un terreno abonado para los narcisistas porque es un medio ideal para la autopromoción. Las redes facilitan el tipo de relaciones superficiales y yermas de emotividad que prefieren los narcisistas. Internet permite que el principio de fantasía deponga el principio de realidad.

La gente joven se está volviendo más narcisista para encajar en la sociedad que les rodea.

El tipo de avatar que utiliza la gente cambia su modo de interaccionar en el mundo virtual (Efecto Proteo)

Los bancos facilitaron el despegue narcisista de la vida a crédito.

La gente que valora ser rico como fin en sí mismo (en vez de cómo resultado del logro de otros objetivos vitales) son menos felices y más proclives a la depresión.

La epidemia del narcisismo impelió a la gente a gastar por encima de sus posibilidades.

Los narcisistas son más proclives a convertirse en compradores compulsivos.

El narcisismo funciona según el principio del placer: parece perfecto y consigue lo que quiere, pero daña a los demás y acaba por dañarse a sí mismo.

El materialismo es uno de los ejemplos más obvios de la epidemia del narcisismo.

El narcisismo va de comprar y usar productos que confieren estatus e importancia.

A los narcisistas les encanta hablar de sus cosas de estatus alto.

Los estudiantes indicaron que tener un trabajo bien pagado era más importante que ser ético y honrado.

A finales de los 90, los estadounidenses gastaban más en zapatos, joyas y relojes que en educación universitaria.

La publicidad ha impulsado al alza los estándares.

Los materialistas son menos felices y están más deprimidos y ansiosos.

Quiero que mi hija sea feliz. Pues la droga te hace feliz por un breve espacio de tiempo, pero luego te hace desear más droga. Tú decides.

El amor crea una base segura para el niño, y un apoyo con el que pueden contar en lo sucesivo. Decirle al niño que es especial les aparta y crea una desconexión.

Se le puede decir al niño que las matemáticas se le dan bien, o que se le darán bien si se esfuerza, sin necesidad de decirle que es especial.

NO diga a sus hijos que son especiales, dígales que les ama.

Los narcisistas también son agresivos cuando se intenta restringir su libertad.

El narcisista reacciona al rechazo con agresividad y violencia.

Muchos delitos tienen como autores a personas impulsivas que hacen cosas destructivas a cambio de beneficios egoístas y a corto plazo. 

El narcisismo está vinculado a delitos violentos: cuando existe la posibilidad de conseguir fama o atención, y cuando existe rechazo o el “yo” se ve amenazado.

En 2007 una niña entregó un relato titulado “mi padre ha muerto este año en Irak”. Ganó el concurso. Su padre nunca había ido a Irak.

En el mundo real, la gente hace lo que sea para ganar, aunque implique hacer trampa.

Los narcisistas nunca piensan en las consecuencias de sus acciones, están obnubilados con ellos mismos.

Cuando las necesidades de una persona no se alinean con las de su pareja narcisista, la relación fracasa.

Los compañeros -amigos y pareja- de los narcisistas sirven primordialmente para que los narcisistas queden bien y se sientan poderosos, especiales, admirados, atractivos e importantes. El amor, el cuidado, el compromiso, la lealtad y el resto de elementos que conforman una relación les importan mucho menos.  Los narcisistas pasan al siguiente cuando ya no les sirven para recibir gratificación para su ego.

En vez de amor a la otra persona, el narcisista tiene amor al yo, en vez de cuidado, la explotación.

Si la relación es comida suficiente para el ego del narcisista, la relación funciona, cuando deja de servirle para alimentar su estatus o autoestima, la relación se acaba.

Cualquier crítica al narcisista puede provocar una relación hostil.

Los narcisistas también se enfadan y se ponen agresivos cuando sienten que se les restringe la libertad, es decir, cuando no pueden hacer lo que quieren.

Su autoadmiración hace que traten mal a los demás y no sientan ni empatía ni amor hacia ellos, porque realmente piensan que son superiores a todos.

La gente crítica consigo misma no es desagradable.

Los estadounidenses -y los narcisistas- piensan que las necesidades de los demás no son tan importantes como las suyas propias.

Tienen la convicción ubicua de que merecen un tratamiento especial, el éxito y más cosas materiales que los demás. Para ello, ponen a todo el mundo a su servicio y los explotan.

Los estudiantes de hoy en día se sienten con el derecho de cambiar la fecha de un examen si interfiere con sus fechas vacacionales.

El pretenciosos se siente con derecho a tomar más cosas del mundo, ya sean peces o hidrocarburos.

La reciprocidad es el elemento que aglutina la sociedad, pero la pretensión y el narcisismo la disuelven.

Maximizar el beneficio preservando los recursos requirió de personas más cooperativas y menos narcisistas.

Los trabajos de verano enseñan a uno que no ha nacido rico, que tiene que ganarse el pan. Ahora ya no existen, porque ahora “tienen” que viajar.

Se debería estimular a los jóvenes, especialmente los que vienen de familias ricas, a que desempeñen un trabajo difícil -o en el que no son diestros- a fin de aprender a ser humildes, compasivos y a ver la vinculación de trabajo y paga.

Las ideas americanas se colaron e infectaron la unión soviética cuando era un sistema cerrado.

La generación “yo” está más interesada por los tratamientos de spa que por la política. En su lista de deseos la Nintendo wii está por delante de la democracia.

Impedir que unos pocos individuos amasen demasiado poder, dinero o influencia, además de proporcionar servicios básicos, crea una estructura contra el narcisismo y la corrupción, porque no permite que la gente se deje llevar por su propia importancia.

EL gobierno butanés ha limitado estrictamente el número de turistas y ha aplicado políticas económicas que protegen la cultura del Reino Budista.

Alabar la ética del trabajo es mucho mejor que decirle que es muy listo, el mejor o especial.

Se ha transferido una cantidad enorme de tiempo, atención y recursos de la realidad a la fantasía. En vez de buscar el sueño americano, la gente se dedica a soñar. Las redes sociales han contribuido a eso.

La gente que practica la autocompasión experimenta menos enfados, menos pensamientos incontrolables, menos conciencia del “yo”, más emociones positivas , mayor felicidad y respuestas más constructivas ante las críticas.

No hemos hecho una cosa solos desde que nacimos. Somos una sociedad. Somos una comunidad. La necesidad y la supremacía de la independencia es completamente irracional.

El programa SocialSmarts enseña capacidades sociales y cívicas. PoliteChild

El joven que disparó a la gente en un centro comercial de Nebraska dejó una nota de suicidio afirmando que por fin sería famoso.

El gobierno grava el ahorro, pero no el gasto. Es decir, el gobierno premia a los estadounidenses por correr riesgos y vivir por encima de sus posibilidades.

Nuestro tejido social se rasgará bajo el peso del egoísmo y la falta de civismo.

En Asia se ve a los individuos como partes interdependientes de un sistema mayor.