sábado, 23 de enero de 2021

A propósito de Blade Runner


Somos más humanos que tú...
           


Los replicantes son seres humanos. No son robots, ni androides, ni cyborgs. Los replicantes de Blade Runner son organismos totalmente biológicos, creados por ingeniería genética para ser más fuertes, inteligentes, resilientes y resistentes que los seres humanos. Esto es lo que dice la wikipedia de Blade Runner (1), y esto es lo que se intuye tanto en el genial libro del no menos genial Philip K. Dick, como en las maravillosas adaptaciones cinematográficas dirigidas por Ridley Scotty por Denis Villeneuve.
Por lo tanto, al menos que su cerebro -o los genes encargados implicados en el desarrollo del cerebro- haya sido modificado en algo más que la inteligencia, cosa que no se nos dice en ningún momento, un replicante debe tener emociones y neuronas espejo, por lo tanto, debe tener empatía (2), por lo tanto, el test de Voight-Kampff no podría distinguir a un humano de un replicante. La empatía surge de la actividad normal de un cerebro humano -en la que están directamente implicadas las neuronas espejo-, no de los recuerdos, experiencia o aprendizaje. Por lo tanto, los replicantes de Blade Runner deberían sentir empatía, que es lo que dicen los autores de la historia que es la característica que diferenciaría a un verdadero "humano". Eso implicaría que todo lo que se dice en Blade Runner es falso, ¿o no? Porque la verdad, una lectura un poco más profunda, lenta y detallada parece que nos indica que lo que Blade runner nos dice es que "vamos de guays, pero no llegamos a chachi" -los humanos-, es decir, que vamos de seres superiores, pero no es así para nada, de hecho, los replicantes son más humanos que nosotros mismos.
Lo que sí se puede hacer con la empatía es potenciarla o anularla. Se dice que Philip K. Dick se le ocurrió la idea original de "Los androides sueñan con ovejas eléctricas" cuando leyó la declaración de un oficial nazi que decía que por las noches no podía dormir del ruido que hacían los niños del campo de concentración pidiendo de comer, y que eso era un fastidio... El bueno de Philip pensó entonces que los humanos ya no éramos humanos... Y se puso a escribir.

Todo es falso K, te la han metido doblada
El "error" está en pensar que los seres humanos somos especiales, bien sea por inteligencia o por otra característica como el altruismo o la empatía. No, los seres humanos somos animales, ni más ni menos. Y si creamos clones de nosotros -los replicantes- serán igual de humanos que nosotros. Eso sí, si les hacemos creer que somos mejores que ellos, y que es porque no tienen empatía, pues no la tendrán, y se sentirán inferiores. Es pura psicología del control. Dile a un niño que los ojos azules y el pelo rubio lo hacen más inteligente, y sacará mejores notas, mientras que el de pelo oscuro sacará peores (3).
En la película de Villeneuve esto se presenta de manera genial: K es un replicante, lo sabe, y hace todo lo que hacen los replicantes -obedece ciegamente a los humanos, no miente, pasa los test de Voight-Kampff... intuimos que quizá a veces pueda dudar de algo, pero no lo sabemos con certeza, y la hierática y perfecta interpretación de Ryan Gosling le va genial a esa ambigüedad-; pero cuando K cree que es un replicante que ha nacido -es decir, es un humano normal y corriente, porque los humanos, como última alternativa para ser superiores a los replicantes-esclavos, se inventaron que como los replicantes no han nacido por reproducción normal, pues no son humanos, en fin...- ya no pasa el test de Voight-Kampff, y es capaz de mentir y desobedecer a su superior humano.


Es toda una experiencia vivir con miedo, ¿verdad? Eso es lo que significa ser esclavo.
Entonces aquí vemos la realidad. Blade Runner es una sociedad de seres humanos que esclavizan a los replicantes mediante un control psicológico. Los humanos hacen creer a los replicantes que no son humanos -"los de tu especie" le dice su superior a K- y así los tienen sometidos. El efecto del control es total, sin embargo, K, en cuanto se cree que es humano -o al menos que ya no hay nada que lo diferencie de un humano, porque él ha nacido- ya es capaz de romper esa cadena psicológica que lo tenía amordazado. Es genial. Todo está en nuestra mente. Si nos lo creemos, es posible.
Y este creo yo que es el punto clave de todo el Universo Blade Runner. Realmente los replicantes son humanos. Pero es que claro que lo son, porque son biología pura y dura, solo que hechos en un laboratorio. Para un biólogo no habría ninguna duda y ningún problema en aceptarlo. Me temo que toda la controversia filosófica con el tema de la película vendría de la religión, es decir, si un ser creado por ingeniería genética podría tener "alma"... Si quitamos la religión del medio, Blade Runner deja de ser filosofía para transformarse en sociología: Blade Runner no va de si los replicantes son humanos o no, porque lo son sin duda, Blade Runner va de que los humanos cosifican a otros seres humanos para tratarlos como esclavos -de trabajo y sexuales-, matarlos cuando les dé la gana sin el menor remordimiento, humillarlos, controlarlos, crearlos y eliminarlos... es decir, para tener poder infinito sobre ellos. Al final Blade Runner es una metáfora sobre los totalitarismos humanos en general, y quizá sobre el nazismo en particular. Al final Blade Runner nos habla del ser humano de una manera incluso más profunda de lo que creíamos, pero no nos habla de la parte bonita del ser humano con su empatía, sus sentimientos, su amor, su altruismo, etc. sino de su parte más oscura, aquella en la que se alberga esa sed insaciable de poder, domino y sometimiento de sus iguales...

Referencias

martes, 19 de enero de 2021

El cuerpo lleva la cuenta (Bessel van der Kolk)




Haber estado expuesto a violencia en la infancia suele dificultar el establecimiento de relaciones estables y de confianza en la edad adulta.
Las personas que no han compartido la experiencia traumática no son dignas de confianza, porque no pueden entenderlo.
El trauma genera una reorganización fundamental del manejo de las percepciones por parte de la mente y del cerebro.
La principal fuente de sufrimiento son las mentiras que nos contamos a nosotros mismos.
La incapacidad de satisfacer las necesidades básicas genera una existencia atrofiada, por muy elevadas que sean nuestras ideas o grandes nuestros logros.
Los animales asustados vuelven a casa, independientemente de si el hogar es un lugar seguro o aterrador.
Las emociones intensas pueden bloquear el dolor.
Los monos de rango inferior a los que se administraba suplementos de serotonina salían del montón para asumir el liderazgo.
Medicaid, el programa sanitario federal de EEUU para pobres, se gasta más en antipsicóticos que en cualquier otro tipo de fármacos.
Entre los efectos insidiosos de tener las hormonas de estrés permanentemente elevadas figuran problemas de memoria y de atención.
Los efectos físicos sobre los órganos siguen sin cesar hasta que reclaman atención expresándose como enfermedad.
Las medicaciones, las drogas y alcohol también pueden apagar o anular temporalmente las sensaciones y los sentimientos insoportables. Pero el cuerpo sigue llevando la cuenta.
Por mucho conocimiento y comprensión que desarrollemos, el cerebro racional es básicamente incapaz de sacar al cerebro emocional de su realidad hablando.
Un niño de cinco años utilizó su imaginación para procesar lo que había visto y seguir adelante con su vida.
Durante los desastres, los niños suelen seguir la pista de sus padres.
La tarea más importante de nuestro cerebro es garantizar nuestra supervivencia, incluso bajo las condiciones más miserables.
El cerebro racional solo ocupa el 30% del cráneo, y es la parte más joven.
Si nos sentimos seguros y amados nuestro cerebro se especializa en la exploración, el juego y la cooperación. Si nos sentimos atemorizados y no deseados, se especializa en el manejo de los sentimientos de miedo y de abandono.
Cuando la gente está en sincronía suele adoptar la misma postura o sentarse de la misma forma, y sus voces adoptan el mismo ritmo.
Nuestras neuronas espejo nos hacen más vulnerables a la negatividad de los demás, de manera que respondemos a su ira con furia o su depresión nos baja el estado de ánimo.
Sin unos lóbulos flexibles y activos, las personas se convierten en criaturas de hábitos, y sus relaciones se vuelven superficiales y rutinarias.
Cuanto más intenso sea el input visceral y sensorial, menos capacidad tiene el cerebro racional de amortiguarlo.
La amígdala procesa la información que proviene del tálamo más rápidamente que los lóbulos frontales, y decide si es una amenaza para nuestra supervivencia antes incluso de que seamos conscientes del peligro.
Si la interpretación de la amígdala es demasiado intensa o si el sistema de filtrado de las áreas superiores del cerebro es demasiado débil, como pasa en el TEPT, la gente pierde el control. 
Los sistemas de alarma defectuosos provocan arrebatos o bloqueos como respuesta a comentarios o expresiones faciales inocuos.
Cuando las áreas frontales se desactivan, la gente pierde la percepción del tiempo y permanece atrapada en el momento, sin una percepción del pasado, del presente o del futuro.
Estar anclados en el presente mientras se revisa el trauma abre la posibilidad de saber profundamente que esos acontecimientos terribles pertenecen al pasado.
Un comportamiento de huida o evitación inadecuadamente prolongado dejaría al animal en desventaja.
Si un organismo se queda bloqueado en el modo de supervivencia, sus energías se centran en luchar contra enemigos invisibles, lo cual no deja espacio para la crianza, los cuidados y el amor.
Mientras la mente se está defendiendo contra unos ataques invisibles, nuestros vínculos más íntimos se ven amenazados, junto con nuestra capacidad de imaginar, planear, jugar, aprender y prestar atención a las necesidades de otras personas.
Haremos lo posible para que estar sensaciones viscerales desaparezcan, ya sea aferrándonos desesperadamente a otro ser humano, volviéndonos insensibles con drogas o alcohol o llevándonos un cuchillo a la piel para substituir sensaciones abrumadoras por unas sensaciones definibles.
Saber que somos vistos o escuchados por las personas importantes de nuestra vida puede hacernos sentir tranquilos y seguros, y ser ignorado o dejado de lado puede precipitar reacciones de rabia o el colapso mental.
Estar en sintonía con otra persona puede sacarnos de un estado de desorganización y miedo.
Los seres humanos están sintonizados con los cambios emocionales sutiles de las personas y animales que tienen a su alrededor.
Nuestros cerebros están diseñados para ayudarnos a funcionar como miembros de una tribu.
Dedicamos la mayor parte de nuestra energía a intentar conectar con los demás.
El apoyo social es la protección más potente contra la anulación provocada por el estrés y el trauma.
Muchas personas traumatizadas se encuentran crónicamente desincronizadas con las personas que las rodean.
Cuando nos sentimos amenazados pasamos al nivel de interacción social, pedimos ayuda o consuelo. Si nadie nos presta ayuda, pasamos a luchar o escapar. Si esto falla, el organismo intenta preservarse bloqueándose, es el estado de paralización o colapso.
La experiencia moldea el cerebro.
Estar sincronizados con otros miembros de nuestra especie a través del complejo vagal dorsal (CVV) es altamente gratificante.
El maltrato emocional y el abandono crónico pueden ser igual de devastadores que el abuso físico y sexual.
Que no te vean, que no te conozcan y no tener adónde ir para sentirte seguro es devastador a cualquier edad, pero sobre todo para niños pequeños, que aún siguen buscando su sitio en el mundo.
Comprender el origen del impulso dañino no ayuda a controlarlo.
La desaparición de la activación prefrontal medial podría explicar por qué tantas personas traumadas pierden la noción de propósito y de dirección.
Las personas que no pueden sentir lo que les sucede por dentro se vuelven vulnerables ante cualquier cambio sensorial, ya sea desconectándose o con ataques de pánico.
La experiencia del miedo se deriva de las respuestas primitivas a la amenaza, donde la huida queda de algún modo frustrada.
Los niños traumados presentan una tasa de asma cincuenta veces superior que sus semejantes.
La manera más natural de que los seres humanos se calmen cuando están alterados es aferrándose a otra persona.
Las raíces de la resiliencia deben buscarse en la sensación de ser comprendidos y de existir en la mente y en el corazón de otra persona amada, sintonizada y dueña de sí misma. Diana Fosha
Los niños que no habían sido víctimas de abusos confían en un universo esencialmente benigno. Para los niños maltratados, el mundo entero está repleto de detonantes.
Nuestras primeras experiencias se convierten en el prototipo de todas las conexiones que posteriormente mantendremos con las demás personas.
La mayor parte de la investigación es una búsqueda de nosotros mismos.
Los seres humanos son capaces de sacrificar todo lo que consideran querido y verdadero con tal de ser amados y recibir la aprobación de alguien que está en una posición de autoridad.
Somos criaturas profundamente sociales, nuestra vida consiste en encontrar nuestro sitio en la comunidad de seres humanos.
Los niños cuyos padres son fuente fiable de consuelo y fuerza tienen una ventaja vitalicia, tiene una suerte de colchón contra lo peor que el destino les puede deparar.
Tener un refugio seguro fomenta la autosuficiencia e inculca una sensación de solidaridad y de amabilidad hacia las personas que sufren.
Los niños hacen casi cualquier cosa para sentirse vistos y conectados.
Los niños maltratados se encuentran ante un dilema irresoluble: necesitan a su madre para sobrevivir, pero al mismo tiempo es una fuente de miedo.
El apego desorganizado es el miedo sin solución.
Si no tenemos una sensación interna de seguridad, es difícil distinguir entre la seguridad y el peligro.
Los niños con un patrón alterado de comunicación emocional con su madre crecieron siendo adultos jóvenes con una percepción inestable de sí mismos, impulsividad autolesiva, consumo de substancias, sexo promiscuo, conducción temeraria, comportamiento suicida…
Los niños que viven relaciones seguras aprenden a comunicar no solo sus frustraciones y aflicciones, sino también su yo emergente (intereses, preferencias y objetivos).
Lo que no se puede comunicar a una madre no se puede comunicar a uno mismo.
La ausencia de seguridad en la relación temprana con su cuidador provoca una menor sensación de realidad interior, un aferramiento excesivo y un comportamiento autolesivo.
Sé que no es racional, pero así es como me siento.
Nuestros primeros cuidadores conforman el modo en el que nuestro cerebro, que se desarrolla muy rápidamente, percibe la realidad.
Una relación amorosa profunda, especialmente durante la adolescencia, puede cambiarnos realmente.
Las respuestas que no son razonables no pueden cambiarse simplemente reestructurando unas creencias irracionales.
El cambio empieza cuando aprendemos a adueñarnos de nuestro cerebro emocional.
Los niños maltratados piensan que les hacían cosas terribles porque eran personas terribles.
El terror aumenta la necesidad de apego, aunque la fuente de consuelo sea también la fuente de terror.
Nunca he conocido a un niño que habiendo sido torturado en casa, y teniendo la opción, no eligiera quedarse con su familia en lugar de ir a una casa de acogida.
La rabia que no tiene adónde ir se redirige hacia uno mismo, en forma de depresión, autodesprecio y actos autodestructivos.
Tener un historial de abusos infantiles sexuales y físicos es un fuerte predictor de intentos de suicidio y acciones autolesivas.
Los pacientes que tenían un comportamiento autolesivo nos habían dicho que no recordaban sentirse seguros con nadie siendo niños.
Si no tenemos un recuerdo profundo de habernos sentido amados y seguros, los receptores cerebrales que responden a la bondad humana simplemente no se desarrollan.
Los efectos del trauma infantil se hacen primero evidentes en la escuela.
Las puntuaciones ACE elevadas estaban correlacionadas con absentismo laboral, problemas financieros y menores ingresos. A medida que la puntuación ACE aumenta, la depresión crónica en la edad adulta también sube drásticamente.
Los pacientes con depresión sin historial de abusos o negligencia suelen responder mucho mejor a los antidepresivos.
Las personas con una puntuación ACE elevada tienen mayor probabilidad de ser alcohólicos.
Los niños que presentan violencia doméstica tienen más riesgo de acabar maltratando a sus parejas.
El estrés permanente sobre el cuerpo se va cobrando su peaje.
El comer me daba seguridad. Cuando engordé dejaron de pegarme.
El problema con el que se presenta el paciente es solo el marcador del problema de verdad, que permanece enterrado en el tiempo, oculto por la culpabilidad, el secretismo y en ocasiones la amnesia, y con frecuentes molestias clínicas.
El problema de salud pública más grave de EEUU es el abuso infantil.
Erradicar el abuso infantil reduciría la tasa de depresión a la mitad, la del alcoholismo en dos tercios y la de suicidios, consumo de drogas intravenosas y violencia doméstica en tres cuartos.
El consumo de tabaco cayó de un 49% en 1965 a un 19% en 2010, evitándose unas 800 000 muertes por cáncer de pulmón.
El maltrato precoz tiene unos efectos negativos duraderos en el desarrollo cerebral.
La cantidad de cuidados que una rata madre dedica a su cría influye permanentemente en la química cerebral que responde al estrés y modifica la configuración de más de mil genes.
Los niños cuyas madres embarazadas quedaron atrapadas en casas sin calefacción durante la larga tormenta de hielo que hubo en Quebec, tuvieron importantes cambios epigenéticos.
Solo los miembros de monos Rhesus que pueden sincronizar su comportamiento con las demandas de la tropa sobreviven y prosperan.
Los monos con el alelo corto de la serotonina que se criaron con una madre adecuada se comportaron con normalidad. Los que tenían el alelo largo pero sufrieron maltrato, tuvieron depresión y alteración de la conducta. Esto implica que el cuidado en sintonía y atento es más determinante.
Las relaciones tempranas seguras y protectoras son críticas para proteger a los hijos de problemas a largo plazo.
Los niños maltratados, al dedicar toda su energía a mantener el control, pierden la capacidad de mantener la atención y la concentración en cosas que no son importantes para la supervivencia.
Los niños que recibían constantes se convertían en niños bien regulados, mientras que una crianza errática producía niños crónicamente activados fisiológicamente.
Los niños alterados no son populares y provocan más rechazos y castigos, lo que empeora su psicología.
El principal indicador de cómo habían lidiado estos sujetos con las decepciones inevitables de la vida era el nivel de seguridad establecido con su cuidador primario durante los dos primeros años de vida.
Las chicas que habían sufrido abusos presentaban un gran abanico de efectos negativos como déficits cognitivos, depresión, síntomas disociativos, desarrollo sexual alterado, obesidad y autolesión.
El DSMV sitúa las causas del sufrimiento dentro del individuo, pasando por alto la enorme influencia del contexto socioambiental.
Los problemas mentales implican no ser capaz de llevarse bien con otras personas, no encajar, no sentirse integrado y, en general, no poder estar en la misma longitud de onda.
En el ser humano, todo está orientado hacia la colaboración en los sistemas sociales.
La solución del trauma es reprogramar el cerebro y reorganizar la mente de las personas que han sido programadas por la propia vida para percibir a los demás como amenazas y a sí mismos como inútiles.
El apoyo social es una necesidad biológica, no una opción, y esa realidad debería ser la columna vertebral de toda prevención y tratamiento.
Los programas de calidad de la primera infancia que implican a los padres y que promueven las capacidades básicas en niños desfavorecidos son más que rentables en lo que a la mejora de resultados se refiere.
Cada dólar invertido en estos programas representa 7 dólares de ahorro en servicios sociales, desintoxicación, encarcelamiento, asistencia sanitaria.
La tasa de encarcelamiento en Noruega es de 71/100.000 personas y en EEUU es de 781/100.000 (con un coste de 84.000 millones de dólares anuales), la tasa de delincuencia es muy inferior, y el coste de la asistencia médica la mitad. Todo por invertir en ayudar a los padres a criar a sus hijos en entornos seguros y previsibles.
Si el problema con el TEPT es la disociación, lo que hay que lograr en la asociación, integrar los elementos recortados del trauma en la narración continua de la vida.
La pérdida de memoria se ha observado en personas que han vivido desastres naturales, accidentes, traumas de guerra, secuestros, torturas, campos de concentración y abusos físicos y sexuales.
Más de un tercio de las mujeres (38%) no recordaba el abuso documentado en sus historiales médicos.
Los recuerdos traumáticos están disociados, las sensaciones no están bien montadas en una historia.
El recordar el trauma no lo resuelve, el lenguaje no sustituye a la acción. Encontrar las palabras para contar lo sucedido puede resultar transformador, pero no evita los flashbacks, mejora la concentración ni estimula la implicación vital, ni reduce la hipersensibilidad ante las decepciones y los daños percibidos.
Los supervivientes de traumas viven en una realidad paralela, incluso el lenguaje tiene un significado dual. Tener sed en esta sociedad no tiene sentido para ellos después de estar semanas sin beber en un campo de concentración.
El cerebro racional no puede suprimir las emociones. Entender el por qué no cambia el cómo.
Diez semanas de yoga reducían los síntomas de TEPT.
Tener una buena red de apoyo es la protección más poderosa contra quedar traumatizado. La seguridad y el terror son incompatibles.
Los adultos aterrorizados responden a los mismos consuelos que los niños aterrorizados: un abrazo, un balanceo dulce y la confianza de que alguien más grande y más fuerte se ocupa de todo.
Para recuperarse, la mente, el cuerpo y el cerebro deben estar convencidos de que relajarse es seguro.
Nuestros vínculos de apego son nuestra mayor protección contra la amenaza.
Los niños que vivían en Londres durante el bombardeo alemán de la ciudad y que fueron enviados al campo para protegerlos, les fue mucho peor que a los niños que permanecieron con sus padres y tuvieron que pasar noches en los refugios aéreos y ver terribles imágenes de edificios destruidos y personas muertas.
Cuando jugamos juntos nos sentimos físicamente sincronizados y sentimos una sensación de conexión y alegría.
Si las personas hacia las que nos orientamos naturalmente en busca de cuidado y protección nos aterrorizan o nos rechazan, aprendemos a desconectarnos y a ignorar lo que sentimos.
Gestionar solos el terror produce otros problemas: disociación, desesperación, adicciones, sensación crónica de pánico y relaciones marcadas por el aislamiento, desconexión y explosiones.
Si las funciones ejecutivas (sus lóbulos frontales) se desconectan, se quedan paralizadas.
Dad palabra al dolor: el dolor que no habla gime en el corazón hasta que lo rompe. - W. Shakespeare
El 22% de las mujeres y el 10% de los hombres declararon un trauma sexual anterior a la edad de 17 años.
El grupo que había escrito sobre los hechos y las emociones relacionadas con su trauma claramente salía más beneficiado: presentó una reducción del 50% en las visitas al médico en comparación con el otro grupo.
Escribir sobre los sentimientos y pensamientos más profundos mejora el estado de ánimo, genera una actitud más optimista y una mejor salud física.
Las personas con TPEPT tienen más problemas en general con la focalización de la atención y con el aprendizaje de nueva formación.
Con la EMDR el trauma había perdido su inmediatez y se había convertido en una historia sobre algo que sucedió mucho tiempo atrás, como algo coherente pero del pasado, no como sensaciones e imágenes separadas de todo contexto.
El maltrato infantil crónico causa unas adaptaciones mentales y biológicas muy diferentes de los eventos traumáticos discontinuados en la edad adulta. La EMDR no es tan efectiva.
El trauma reorganiza la experiencia propia como inútil y la interpretación de la realidad como si el mundo entero fuera un lugar peligroso.
Le pido que recuerden, que estén en el recuerdo hasta que parezca real, luego les pido que sigan el movimiento de mi dedo con los ojos. Después de 25 movimientos les digo, respira profundamente, y les pregunto qué les viene a la mente en ese momento.
La EMDR es capaz de activar una serie de sensaciones, emociones, imágenes y pensamientos no buscados y aparentemente no relacionados junto con el recuerdo original. Esta forma de reemsamblar informaciones antiguas en nuevos paquetes puede ser la manera en que integramos las experiencias ordinarias, no traumáticas, de nuestro día a día. Así lo traumático pasa a ser un recuerdo normal, desligado de las emociones y sensaciones caóticas del trauma.
El cerebro, cuando duerme, cambia la forma de los recuerdos aumentando la huella de información emocionalmente relevante y facilitando la desaparición del material irrelevante. Durante el sueño podemos incluso entender información cuya relevancia no está clara mientras estamos despiertos e integrarla en el sistema de manera coherente.
Durante el sueño REM, si nos despiertan, realizamos unas conexiones/asociaciones menos convencionales, más distantes.
Los sueños ayudan a forjar nuevas relaciones entre recuerdos aparentemente no relacionados. Ver nuevas conexiones es la principal característica de la creatividad, que es esencial para la curación del trauma.
El objetivo del EMDR es estimular y abrir el proceso asociativo, desatascar el cerebro del atolladero al que está sometido por el trauma original.
Bajo el trauma intentamos protegernos: podemos reprimir nuestros sentimientos, podemos ponernos furiosos y planear una venganza, podemos decidir volvernos tan poderosos y triunfadores que nadie pueda volver a hacernos daños.
Muchas obsesiones, compulsiones y ataques de pánico, así como la mayoría de los comportamientos autodestructivos, empezaron como estrategias de autoprotección.
Sobrellevar el trauma se cobra su peaje. Para muchos niños, es más seguro odiarse a sí mismos que poner en riesgo su relación con sus cuidadores.
La terapia puede salvar la vida de la gente ayudando a esas partes a abandonar esas creencias extremas.
La tarea principal para superar un trauma es aprender a vivir con los recuerdos del pasado sin que nos abrumen el presente.
Del mismo modo que debemos revisar los recuerdos traumáticos para integrarlos, debemos revisar las partes de nosotros mismos que desarrollaron los hábitos defensivos que nos ayudaron a sobrevivir.
La mente de cada uno de nosotros es como una familia cuyos miembros tienen diferentes niveles de madurez, excitabilidad, sabiduría y dolor.
Intentar controlar el comportamiento de un niño sin resolver el problema subyacente lleva a unos tratamientos que son inefectivos en el mejor de los casos y perjudiciales en el peor.
En los SFI (sistemas familiares internos), cuando los protectores entienden que es seguro, dejarán salir al Yo confiado, curioso y tranquilo.
Hay que identificar a la parte protectora implicada en el problema actual y el terapeuta le preguntará cómo se siente con respecto a esa parte. Y finalmente, pedirle que esa parte de un paso atrás.
Como terapeutas intentamos rellenar los huecos de las carencias tempranas, terminamos chocando con el hecho de que ni la persona, ni el momento, ni el lugar son los adecuados.
Mantener el sistema (que frena el trauma) bajo control requiere una gran cantidad de energía.
Los jefes internos que están obsesionados con el poder generalmente se crean como bastión para no sentirse desamparado.
Un niño ignorado o crónicamente humillado es probable que no se respete a sí mismo. Los niños a los que no han dejado afirmarse probablemente tendrán problemas en defenderse como adultos, las personas que fueron maltratadas de pequeñas llevan encima una rabia ardiente que requiere mucha energía para ser contenida.
Los sujetos traumatizados no generaban el tipo de ondas cerebrales que ayudan a la gente a prestar atención a la tarea que tiene entre manos filtrando la información irrelevante. Además, todo el patrón de ondas estaba desincronizado.
La profundidad de las ondas cerebrales determina lo capaces que somos de asimilar y analizar nuevos datos.
El estrés traumático es una enfermedad consistente en no poder estar totalmente vivo en el presente – Pierre Janet, 1889
El entrenamiento alpha/theta sirve para liberar las asociaciones bloqueadas y para facilitar nuevos aprendizajes. (Yo creo que EDMR hace lo mismo.)
Las ondas alfa (concentración relajada) van acompañadas por sensaciones de paz y de calma.
El entrenamiento en neurofeedback puede mejorar la creatividad, el control atlético y la concienciación interior.
Ondas beta se relacionan con la atención y la concentración óptimas. Las high beta con la ansiedad, agitación, tensión y detección de peligro.
Los malos tratos crónicos y el abandono en la infancia interfieren con la correcta programación de los sistemas de integración sensorial
Actuar no es crear un personaje, sino descubrir el personaje que llevamos dentro: nosotros somos el personaje, solo debemos encontrarlo en nosotros mismos, aunque sea una versión muy dilatada de nosotros. -Tina Parker
James Heckman ganó el premio Nobel por demostrar que la intervención temprana en la vida de los niños pertenecientes a familias pobres y con problemas produce muchos beneficios: más estudios, menos delincuencia, mayor tasa de empleo y menos violencia familiar y comunitaria.
Las armas de fuego matan al doble de niños que el cáncer.
En nuestro mundo actual, nuestro código postal determina, más que nuestro código genético, si tendremos una vida sana y segura.
Los ingresos de la gente, su estructura familiar, la vivienda, el empleo y las oportunidades educativas afectan no solo al riesgo de desarrollar estrés traumático, sino también su acceso a una ayuda efectiva para resolverlo.
La pobreza constituye el terreno más abonado para el trauma. Y la gente herida hiere a los demás.
Ubuntu, en xhosa, significa “compartir lo que tenemos.
Somos criaturas sociales; nuestro cerebro está programado para fomentar el trabajo y la diversión con los demás. El trauma destroza el sistema de interacción social e interfiere con la cooperación, el cuidado y la capacidad de funcionar como miembros productivos del clan.
El consumo de drogas o la automutilación empiezan como un intento de lidiar con las emociones que se han vuelto insoportables debido a la falta de contacto humano y apoyo adecuado.
Para tener una sociedad saludable y progresar como sociedad, debemos criar a unos niños que puedan jugar y aprender de un modo seguro. No puede haber crecimiento sin curiosidad y no puede haber adaptabilidad sin poder explorar, mediante prueba y error, quién eres y qué te importa.
El maltrato y el abandono infantil es la cauSa más evitable de enfermedad mental, la causa más común del consumo de drogas y alcohol, y un factor que contribuye significativamente las principales causas de fallecimiento como la diabetes, la enfermedad cardíaca, el cáncer, el ictus y el suicidio.
Más que cualquier otra cosa, sentirse seguro con otras personas define la salud mental; las conexiones seguras son fundamentales para tener una vida significativa y satisfactoria.
Además de escritura, lectura y aritmética, todos los niños deben aprender autoconocimiento, autorregulación y comunicación como parte de su currículo principal. Igual que enseñamos Historia y Geografía, tenemos que enseñar a los niños cómo funcionan su cuerpo y su cerebro.

sábado, 9 de enero de 2021

Aprendizaje e instrucción (Richard E. Mayer, 2010)




La resolución de problemas matemáticos depende de entrelazar cuidadosamente estos cuatro procesos cognitivos: Traducción del problema, Integración del problema, Planificación y supervisión de la solución, ejecución de la solución.
Las diferentes palabras que se emplean para contar en inglés y en chino, coreano o japonés tienen influencia sobre el aprendizaje de las matemáticas por los niños.
Las habilidades verbales subyacen al éxito en las matemáticas.
Los problemas de matemáticas se aprenden a resolver incidiendo en la adquisición de conocimientos esquemáticos, lingüísticos o fácticos.
Aprendizaje generativo: los alumnos aprenden mejor cuando construyen activamente su propio conocimiento, en lugar de recibir pasivamente la información.
Instrucción contextualizada: los alumnos aprenden mejor cuando los contenidos se les presentan en una situación interesante, en lugar de cómo problemas aislados.
Aprendizaje cooperativo: los alumnos aprenden mejor cuando se comunican sobre el problema en grupos, en lugar de trabajar individualmente.
Los errores conceptuales de los alumnos se reducen si se discuten mediante experimentos sobre modelos concretos.
La intensificación de la conexión mediante experiencias agradables (en el aprendizaje) parece ser más universal, inevitable y directa que el debilitamiento de la conexión por las consecuencias desagradables.
Las técnicas de “tiempo fuera” o de “coste de respuesta” (retiro de un estímulo agradable) resultan más útiles para el aprendizaje que los castigos tradicionales.
Los niños deben saber qué se espera de ellos.
Deben primar los premios sobre los castigos, y en el caso de tener que recurrir a ellos, el “tiempo fuera” y el “coste de respuesta” son los más efectivos.
Los alumnos que más mejoran son los que ofrecen explicaciones a los demás.
El aprendizaje es mayor cuando ambos, profesor y alumnos interactúan en el proceso de enseñanza.
Motivación por el aprendizaje: interés, autoeficacia (sentirse capaz), atribución (tener el control, esfuerzo de fracaso y éxito), orientación de metas (querer comprender la materia).
Motivación intrínseca proviene del propio alumno, la motivación extrínseca proviene de recompensas. Siempre es mejor la motivación intrínseca.
El interés cognitivo consiste en el estado afectivo que surge al ser capaz de entender el contenido de una materia.
El sentimiento de autoeficacia para realizar una determinada tarea influye y está influido por el rendimiento del alumno en ella.
Lo que afecta a la autoeficacia es la interpretación que hacen los estudiantes sobre su rendimiento, más que la información que reciban sobre éste.
Los alumnos se esfuerzan más y durante más tiempo si se consideran capaces de realizar una tarea que si se sienten incapaces.
Cuando las personas esperan hacer algo bien, se esfuerzan más, perseveran más tiempo y rinden más.
No se debe mostrar a un alumno cómo resolver un problema si este no lo solicita, porque se le manda el mensaje de que es incapaz y bajará su rendimiento futuro.
Los estudiantes que creen que tienen el control sobre su propio aprendizaje tienen más posibilidades de alcanzar niveles más elevados que aquellos que no perciben ese control.
Meta de competencia: entender la materia, mejorar la propia capacidad; Meta de rendimiento-aproximación: obtener las mejores notas, obtener juicios positivos; Meta de rendimiento-evitación: no sacar las notas más bajas, evitar juicios negativos.
Los mejores resultados se obtienen bajo metas de competencia y de rendimiento-aproximación.
Los estudiantes orientados con metas de rendimiento-aproximación son los que sacan las mejores notas, aunque no los que más aprenden.

Castillos de cartón (Almudena Grandes, 2004)




  • Era el único de todos nosotros que había llegado, el único entre aquellos principiantes que estaba destinado a ser un pintor grande. Pero murió a destiempo, porque le costaba demasiado trabajo vivir.
  • La vida era solamente eso, fumar, y beber, y reírme con Jaime y con Marcos, desde siempre, para siempre, y cualquier otra cosa era un simulacro inaceptable de la vida.
  • Ninguna venganza es más temible que la ruina de los débiles.
  • Mi vida ya no era otra cosa que puro trabajo, un feo simulacro de vida, y seguí trabajando hasta que pude extirpar su recuerdo, hasta que logré avergonzarme de ellos, de mí misma, de todo lo que amó mi corazón.
  • Cuando salí, había echado a perder mi maquillaje, pero había recuperado la memoria, el recuerdo de otra vida mejor y verdadera, una cama grande, un balcón soleado, el olor del aguarrás y de tres cuerpos sudorosos, el humo del hachís, el ruido de los besos, y de la risa.
  • Fue demasiado amor. Y luego, nada.