martes, 16 de octubre de 2018

Prevenir el narcisismo (Julio Rodríguez, 2018)





Me voy a hacer un poco de autobombo y a publicar una entrada con las frases que más me gustan de mi propio libro ;)

  • Todo lo que el narcisista haga en su vida estará motivado por el afán de ganarse la atención y la adulación públicas con el objetivo de mantener vivo a su «yo ideal», de sostener como real su fantasía de grandiosidad.
  •  Las personas pasan a ser instrumentos que el narcisista puede usar, manipular o explotar en su beneficio, ya sea para conseguir sus objetivos o para emplearlas como adornos de su persona.
  •  El narcisista presenta una hipersensibilidad a la crítica.
  •  El narcisismo no es una condición inamovible. Es líquido, fluctuante y, del mismo modo en que ha podido ser potenciado por determinados intereses, puede ser frenado e incluso erradicado de los patrones conductuales de nuestros hijos. 
  •  El niño narcisista no es feliz, y tampoco lo serán el adolescente y el adulto en los que se convierta.
  •  Tener un hijo no es una aventura, es una responsabilidad, El niño narcisista dependerá por completo de la aprobación externa para ser «feliz», aunque nunca lo será realmente, porque lo que sentirá no será nada más que una ilusión de felicidad, y la verdadera felicidad le resultará inalcanzable.
  • El narcisismo no implica una alta autoestima, eso es una falacia; igual que tampoco garantiza el éxito ni la competitividad, lo único que garantiza 100% el narcisismo es la infelicidad.
  •  Cualquier cosa que sea valorada positivamente por el entorno y la sociedad será lo que condicione los gustos y las actuaciones del niño narcisista.
  • El concepto absoluto de perfección es un absurdo, pero eso el narcisista no lo entiende ni lo entenderá jamás.
  • El narcisismo no implica una alta autoestima, al contrario, los narcisistas tienen una autoestima frágil y una gran inseguridad, lo que les provoca sufrimiento, miedo y ansiedad. El narcisista es peligroso para sí mismo y para los demás.
  • La frustración que le produce al narcisista ser «una persona normal» derivará en depresión, y esta puede llevar al abuso de sustancias o incluso a la autodestrucción y a la aniquilación de otros.
  • El narcisista es hipersensible a la crítica, por lo que cualquier persona que lo ponga en evidencia o le quite protagonismo será objeto de su ira, cólera y agresividad.
  • Los niños narcisistas no mostrarán sentimientos de empatía hacia los demás, más bien al contrario: en cuanto se puedan aprovechar de quienes los rodean para conseguir algo que quieren, lo harán sin sentir ningún remordimiento, pena o culpa.
  • La diferencia entre un: «¡Buen trabajo!» y un «¡Eres el mejor!», puede parecer sutil, pero el primero denota capacidad, el núcleo central de una autoestima segura, y el segundo denota superioridad, el núcleo central del narcisismo.
  • Estamos inmersos en una sociedad que potencia, enaltece y exige los comportamientos narcisistas. Las redes sociales están consiguiendo hacer del narcisismo una epidemia real.
  • Promueven el narcisismo al estar centradas en la glorificación del yo, tanto en la imagen (selfies), como en las opiniones, los pensamientos y la influencia en el otro.
  • Las redes sociales han sustituido el deseo de explorar, de vivir, de conocer, de socializar, por un deseo de competir, de exhibir y de «yo más».
  • El narcisismo es fomentado por el mercado, la publicidad y los medios de comunicación, porque el narcisista es un consumista compulsivo e irreflexivo.
  • La publicidad ha conseguido colocar el mensaje de que, para ser especiales, exitosos, diferentes y felices, debemos consumir determinado producto.
  • Llevados por este consumismo desaforado y la superficialidad y cosificación de todo, los rasgos narcisistas, además de destruirnos interiormente y hacernos infelices, también acabarán por destruir el arte, la cultura, la sociedad y el medio ambiente.
  • No sobrevaloréis las capacidades de vuestros hijos ni los veáis como si fuesen superiores a los demás, o el delirio de grandeza germinará en ellos.
  • Enseñadles a mostrar empatía, compasión y respeto por los demás y a cooperar con ellos.
  • No les permitáis hacer trampas, ni siquiera jugando a la oca: hacer trampas es aprovecharse de los demás, y eso no está bien y es injusto.
  • No siempre hay que ganar, y, desde luego, no a toda costa. A veces perder es mejor porque permite aprender.
  • Animadlos e incentivadlos para que identifiquen, nombren y compartan sus sentimientos y emociones.
  • Vuestros hijos tienen que aprender a aceptarse completamente, con sus aptitudes y sus limitaciones; si no, tendrán una imagen distorsionada de sí mismos.
  • La amistad y la sociabilidad nos hacen sentir que no estamos solos, que formamos parte de un grupo, que podemos aprender de otros y ser defendidos por otros.