martes, 31 de octubre de 2023

La era del vacío (Gilles Lipovetsky, 1983)


 



- Ya nadie cree en el porvenir radiante de la revolución y el progreso, la gente quiere vivir enseguida y ahora, conservarse joven y no forjar el hombre nuevo. 

- Los grandes ejes modernos, la revolución, las disciplinas, el laicismo, la vanguardia han sido abandonados a fuerza de personalización hedonista. 

- El individualismo hedonista y personalizado se ha vuelto legítimo y ya no encuentra oposición 

- Estamos destinados a consumir, aunque sea de manera distinta, cada vez más objetos e informaciones, deportes y viajes, formación y relaciones, música y cuidados médicos. Eso es la sociedad posmoderna, no el más allá del consumo, sino su apoteosis. 

- Al diversificar las posibilidades de elección, al anular los puntos de referencia, al destruir los sentidos únicos y los valores superiores de la modernidad, se pone en marcha una cultura personalizada o hecha a medida, que permite el átomo social, emanciparse del balizaje y disciplinario revolucionario. 

- En la actualidad son más esclarecedores los deseos individualistas que los intereses de clase, la privatización es más reveladora que las relaciones de producción, el hedonismo y psicologismo se imponen más que los programas y formas de acciones colectivas. 

- Eso es precisamente el narcisismo, la expresión gratuita, la primacía del acto de comunicación sobre la naturaleza de lo comunicado, la indiferencia de los contenidos, la reabsorción lúdica del sentido, la comunicación sin objetivo ni público, el emisor convertido en el principal receptor. 

- El derecho y el placer narcisista, expresarse para nada, para sí mismo, pero con un registrado amplificado por un medio. Comunicar por comunicar, expresarse sin otro objetivo que el mero expresar y ser grabado por un micro público, el narcisismo es la desubstancialización posmoderna, la lógica del vacío. 

- La autogestión, que consiste en suprimir las relaciones burocráticas del poder, en hacer de cada uno un sujeto político autónomo, representa otra vertiente de la seducción 

- Quién cree aún en el trabajo cuando conocemos el frenesí de las vacaciones, de los weekends, del ocio que no cesa de desarrollarse, cuando la jubilación se convierte en una aspiración de masa o incluso en un ideal 

- De ello proviene la indiferencia posmoderna, indiferencia por exceso, no por defecto, por hipersolicitación, no por privación 

- El acontecimiento se olvida expulsado por otros más espectaculares. Cada vez más informaciones, cada vez más deprisa, los acontecimientos han sufrido el mismo abandono que los lugares y las moradas. 

- El momento posmoderno explicita el proceso de indiferencia pura en el que todos los gustos, todos los comportamientos, cohabitar sin excluirse, todo puede escogerse a placer, lo más operativo como lo más esotérico, lo viejo como lo nuevo, la vida es simple como la vida hiper sofisticada, en un tiempo desvitalizado sin referencia estable sin coordenada mayor. 

- Los ideales y valores públicos solo pueden declinar, únicamente queda la búsqueda del ego y del propio interés, el éxtasis de la liberación personal, la obsesión por el cuerpo y el sexo 

- La deserción social no es más que la realización extrema del sistema, como si el capitalismo hubiera de hacer indiferentes a los hombres, como lo hizo con las cosas. 

- El hombre indiferente no se aferra a nada, no tiene certezas absolutas, nada le sorprende, y son susceptibles de modificaciones rápidas. 

- El narcisismo inaugura la posmodernidad, última fase del Homo aequalis 

- Únicamente la esfera privada parece salir victoriosa de este maremoto apático, cuidar la salud, preservar la situación material, desprenderse de los complejos, esperar las vacaciones, vivir sin ideal, sin objetivo trascendente resulta posible 

- Cuando el futuro se presenta amenazador e incierto queda la retirada sobre el presente, al que no cesamos de proteger, reciclar en una juventud infinita. 

- De este modo la autoconciencia ha substituido a la conciencia de clase, conciencia narcisista sustituye a la conciencia política 

- Nuestra cultura de la expresión, nuestra ideología del bienestar estimulan la dispersión en detrimento de la concentración, lo temporal en lugar de lo duradero, y contribuyen al desmenuzamiento del Yo, y lo convierte en un espacio flotante sin fijación ni referencia. 

- Obsesionado solo por sí mismo, al acecho de su realización personal y de su equilibrio, narciso obstaculiza los discursos de movilización de masas. 

- La pasión narcisista genera un nuevo tipo de personalidad, conciencia toda ella indeterminación y fluctuación. El yo se convierte en un espacio flotante sin fijación ni referencia, disponibilidad pura adaptada a la aceleración de las combinaciones, a la fluidez de nuestros sistemas, esa es la función del narcisismo. 

- El miedo moderno a envejecer y morir es constitutivo del Neo narcisismo: El desinterés por las generaciones futuras intensifica la angustia de la muerte, mientras que la degradación de las condiciones de existencia de las personas de edad y la necesidad permanente de ser valorada y admirado por la belleza, hacen la perspectivas de la vejez intolerable. 

- La normalización posmoderna se presenta siempre como el único medio de ser verdaderamente uno mismo joven. 

- La sociabilidad exige barreras, reglas impersonales que son las únicas que pueden proteger a los individuos unos de otros como. 

- La disolución de los roles públicos y la compulsión de autenticidad han engendrado una forma de incivismo que manifiesta, en parte, el rechazo de las relaciones anónimas con desconocidos. 

- Podéis decir lo que queráis, pero nunca pasar a los actos. 

- La búsqueda de la riqueza no tiene más objeto que excitar la admiración o la envidia. 

- Las relaciones humanas, públicas y privadas, se han convertido en relaciones de dominio, relaciones conflictivas basadas en la seducción fría y la intimidación. 

- Detrás de la pantalla del hedonismo y de la solicitud, se explota cínicamente los sentimientos de los otros y busca su propio interés sin la menor preocupación por las generaciones futuras. 

- Las imágenes de felicidad asociadas a las de celebridad engendran nuevas dudas y angustias; al activar el desarrollo de ambiciones desmesuradas y al hacer imposible su realización, la sociedad narcisista favorece la denigración y el desprecio de uno mismo. 

- La sociedad hedonista solo engendra a nivel superficial la tolerancia y la indulgencia, en realidad, jamás la ansiedad, la incertidumbre, la frustración alcanzaron estos niveles; el narcisismo se nutre antes del odio del yo antes que de su admiración. 

- Todo nuestro entorno urbano y tecnológico está dispuesto para acelerar la circulación de los individuos, impedir el enraizamiento y en consecuencia pulverizar la sociabilidad. 

- Se ha establecido una cultura, con los efectos conjugados del modernismo y del consumo de masa, centrada en la realización personal como la espontaneidad y el placer: El hedonismo se convierte en el principio axial de la cultura moderna. 

- El posmodernismo aparece como la democratización del hedonismo, la consagración generalizada de lo nuevo. 

- La realización definitiva del individuo coincide con su desubstancialización, con la emergencia de individuos aislados y vacilantes, vacíos y reciclables ante la continua variación de los modelos

- El neonarcisismo se define por la desunificación, por el estallido de la personalidad, su ley es la coexistencia pacífica de los contrarios.

domingo, 1 de octubre de 2023

La sociedad del espectáculo (Guy Debord, 1967)




La humanidad se ha convertido ahora en espectáculo de sí misma. Su autoelienación ha alcanzado un grado que le permite vivir su propia destrucción como un goce estético. —Walter Benjamin
La alienación de los trabajadores ya no se centra en la explotación durante el tiempo de trabajo, sino que coloniza el ocio aparentemente liberado y se pone como objetivo la expropiación del tiempo total de vida.
La gigantesca industria del entretenimiento viene a llenar el vacío del tiempo de ocio.
¿No sería mejor vivir que pasar el rato inmersos en el espectáculo?
Cuando los filósofos se dediquen a contemplar el mundo es porque han fracasado todos los intentos de cambiarlo.
El proletariado no sabe lo que es porque se le mantiene deliberadamente alienado para impedir su organización revolucionaria.
El espectáculo es el resultado y el proyecto del modo de producción existente. No es un suplemento del mundo real, una decoración sobreañadida, es el núcleo del irrealismo de la sociedad real. 
El espectáculo constituye el modelo actual de vida socialmente dominante.
La realidad vivida se haya completamente invadida por la contemplación del espectáculo y al mismo tiempo alberga en sí el orden espectacular.
El espectáculo es la afirmación de la apariencia y la afirmación de toda vida humana, o sea social, como simple apariencia.
El espectáculo se presenta como una enorme positividad indiscutible e inaccesible. Lo que aparece es bueno, lo bueno es lo que aparece.
El espectáculo somete a los seres humanos en la medida en que la economía los ha sometido ya totalmente.
La primera fase de la dominación de la economía sobre la vida social comportó una evidente degradación del ser en tener. La fase actual de ocupación total de la vida social por los resultados acumulados de la economía conduce a un desplazamiento generalizado del tener al parecer.
Todos los bienes seleccionados por el sistema espectacular constituyen asimismo sus armas para el refuerzo constante de las condiciones de aislamiento de las “muchedumbres solitarias”.
La alienación del espectador en favor del objeto contemplado se expresa de este modo: cuanto más contempla, menos ve, cuanto más acepta reconocerse en las imágenes dominantes de la necesidad, menos comprende su propia existencia y su propio deseo.
En el espectáculo, una parte del mundo se representa ante el mundo, apareciendo como algo superior al mundo.
El espectáculo es el capital en un grado tal de acumulación que se ha convertido en imagen.
En la actualidad, el consumo alienado se convierte en un deber para las masas, un deber añadido al de la producción alienada.
El espectáculo es el momento en el cual la mercancía alcanza la ocupación total de la vida social.
LAs distintas formas de la misma alienación combaten bajo la máscara de la elección total, debido a que se erigen sobre la ocultación de las contradicciones reales. Solo se trata de la imagen de una unificación feliz, rodeada de desolación y de espanto, en el tranquilo centro de la desgracia.
El espectáculo es la falsificación de la vida social.
Cada producto individual representa la esperanza de un veloz atajo para acceder por fin a la tierra prometida del consumo total y, al mismo tiempo, se presenta como la singularidad decisiva, pero el objeto del cual se espera una potencia singular no llega a proponerse como objeto de adoración para las masas sino a condición de ser producido en un número de ejemplares lo suficientemente elevado como para poder ser objeto de consumo masivo. El objeto que fue espectacularmente prestigiosos se torna vulgar en cuanto entra en casa de un consumidor, porque en ese mismo momento entra en las casas de todos los demás consumidores. Revela entonces, cuando ya es demasiado tarde, su pobreza esencial, que procede de las miserables condiciones de su producción..Y para entonces ya ha aparecido otro objeto que se ha convertido en justificación del sistema  que exige ser reconocido.
El espectáculo se basa en el cambio continuo.
Los medios de comunicación de masas a grandes distancias provocan el aislamiento de la población, lo que se ha revelado como una forma de control mucho más eficaz.
La misión histórica de instaurar la verdad en el mundo no pueden realizarla ni el individuo aislado ni la muchedumbre atomizada sumisa a la manipulación, sino, hoy como siempre, la clase capaz de convertirse en la disolución de todas las clases y de devolver todo su poder a la forma desalienada de la democracia realizada.