miércoles, 16 de noviembre de 2022

El filósofo entre pañales (Alison Gopnik, 2009)




  • Solo imaginando otros mundos podemos desearlos, y por tanto, decidirnos a cambiar el mundo que conocemos.

  • Los niños saben que hay que cumplir las normas y que estas pueden cambiar, pero que pegar a otro niño siempre será malo, aunque todas las profesoras digan que no lo es.

  • Los niños tienen extraordinarias capacidades imaginativas y creativas mucho antes de que aprendan a leer y escribir, y sorprendentes capacidades de aprendizaje mucho antes de que vayan al colegio.

  • En ciertos sentidos, los niños son más imaginativos, inteligentes, afectuosos e incluso más conscientes que los adultos.

  • Los niños no son adultos deficientes.

  • Nuestras capacidades humanas de imaginación y aprendizaje tienen muchas ventajas: nos permiten adaptarnos a entornos más variados que ninguna otra especie y cambiar nuestros propios entornos como ningún animal puede.

  • Un animal que depende de la imaginación para su supervivencia tiene que disponer de tiempo para ejercitarla. Ese tiempo es la infancia.

  • La inhibición —la responsabilidad— tiene un inconveniente si lo que te interesa ante todo es la imaginación y el aprendizaje. Para ser imaginativo tienes que considerar todas las posibilidades que puedas, no solo las correctas o perfectas.

  • Un alto coeficiente intelectual está correlacionado con lóbulos frontales más moldeables y más tardíamente desarrollados. Mantener la mente abierta durante más tiempo te hace más inteligente.

  • Se capaz de hablar de posibilidades nos ayuda a imaginarlas.

  • Las emociones de los niños son más intensas y más difíciles de controlar, tanto si las causas de esas emociones son reales como si no.

  • El conocimiento da poder a la imaginación, lo que hace posible la creatividad.

  • Los niños con compañeros imaginarios les gustan las personas, incluso cuando no están con nadie.

  • La interacción con los demás nos permite aprender cómo funcionan las personas, y así encajar mejor socialmente.

  • Para los niños, los mundos imaginarios son tan atrayentes e importantes como los reales.

  • Los niños ven la diferencia entre el mundo real y el imaginario, pero no ven ninguna razón particular para preferir vivir en el real. Esta conducta es muy funcional desde una perspectiva evolutiva, porque permite adaptarse a nuevos escenarios y a cambios repentinos.

  • Los niños viven en la ficción sin ser conscientes: lo hacen porque son niños, y la biología ha diseñado a los niños para que sean así, exploradores e imaginadores de mundos posibles, aunque alguno sea totalmente improbable.

  • Al principio de la vida nuestro cerebro es mucho más plástico. Una vez que nos hacemos adultos, se van podando las conexiones y solo quedan aquellas ideas que tienen más probabilidades de ser importantes o relevantes para nosotros.

  • Un buen viajero es aquel que está abierto al azar.

  • La información nueva hace salir a nuestro cerebro de las vías rutinarias, y eso lo estimula como está estimulado un niño continuamente.

  • La experiencia consciente de la memoria autobiográfica depende de la relación causal entre nuestro yo pasado y nuestro yo actual y futuro.

  • Los adolescentes que sienten que no tienen futuro tienden a mostrar una conducta autodestructiva.

  • Nuestras primeras experiencias afectan a nuestras creencias, que, a su vez, afectan a nuestras acciones, las cuales afectan a nuestras experiencias.

  • Los poetas japoneses tienen una frase mono no aware por la amarga dulzura inherente a la efímera belleza. Los niños son una enorme fuente de mono no aware.

  • Los bebés quieren terminar con todo el sufrimiento, independientemente de en quién se localice.

  • Las interacciones inmediatas, íntimas y afectivas entre bebés y adultos disuelven las fronteras entre el yo y los otros.

  • El auténtico secreto del altruismo es tratar de aliviar el dolor de los demás aunque nosotros no lo sintamos.

  • Incluso los niños más pequeños diferencian entre normas y daños. Los niños piensan que romper las normas y causar daños está mal, pero que causar daño es mucho peor.

  • Los niños de 18 meses son empáticos y altruistas: sienten el dolor ajeno y tratan de paliarlo.

  • Existe un instinto fundamental para ayudar y no perjudicar que nos permite formular reglas con el fin de anular intuiciones morales determinadas evolutivamente, pero perjudiciales: los celos pueden tener base biológica, y llevarte a cometer un acto violento, pero si utilizamos nuestra corteza prefrontal, sabemos que no es correcto, y creamos una norma.

  • Los niños nos ponen en contacto con aspectos importantes, reales y universales de la condición humana.

  • La liberación de las tareas mundanas permite a los niños sumergirse en el mundo de lo posible con especial facilidad, para beneficio de nuestra especie.