jueves, 6 de marzo de 2025

¿Qué es la locura? (Darian Lander, 2011)



  • La forma más común de esquizofrenia es la variedad latente la que nunca se hacía patente como locura

  • Los sujetos psicóticos llevan una doble contabilidad: Saben que la mayoría de las personas no entiende sus pensamientos y creencias, así que las esconden cuidadosamente, incluso en un entorno de confianza y benevolencia.

  • Si una persona oyera voces, las tomaría como un síntoma de fatiga y continuaría con su vida. El psicótico las toma en serio

  • Los delirios, a menudo de grandeza o persecutorios, se combinan con una claridad total de pensamiento y acción.

  • Se descubrió que las personas aquejadas de pensamientos e ideas extrañas que iban bien vestidas y que se expresaban bien tenían más posibilidades de que se les considerara simplemente excéntricas que si iban andrajosas y eran mal habladas, aunque sufrieran exactamente los mismos síntomas

  • Delirios muy extraños, pero perfectamente estructurados le permiten al psicótico vivir, hacen que su mundo tenga sentido

  • El delirio no constituye un problema sino una solución

  • Los delirios tienden a separarse en dos grupos: los intentos temporales de encontrar significado, que no duran mucho, y los sistemas más metódicos, construidos a lo largo del tiempo, que suelen ser más sólidos.

  • Aunque todos nos enfrentamos con la cuestión de cómo dar sentido a nuestras vidas, normalmente solo son los sujetos psicóticos los que se lo toman realmente en serio.

  • Los esquizofrénicos, comparados con otras personas, son extremadamente serios y están muy interesados en el significado. Intentan encontrar algún tipo de principio unificador, algún tipo de paz, simetría o armonía en el mundo. Ya que no existe en el mundo real, la buscan en otro sitio.

  • En la paranoia se cristaliza un significado: la persona sabe qué es lo que falla en el mundo. Hay una conspiración contra ella, tiene una misión que cumplir, un mensaje que difundir. Sea el que sea el contenido real del delirio, el significado que se atribuye a la situación es sólido.

  • En la paranoia, el yo y el otro está en estrictamente separados, pero en los pensamientos paranoides del esquizofrénico pueden llegar a desdibujarse estos límites. el otro está presente en ellos mismos, como si no fuera posible una separación total. El esquizofrénico puede que crea que los pensamientos y hasta las sensaciones que tiene no son suyas, sino que de algún modo las han puesto ahí.

  • El paranoico es básicamente inocente: siempre es culpa de los demás, ya se trate del vecino, la CIA o el gobierno. En la melancolía, al contrario, siempre es culpa de uno mismo.

  • En la paranoia, la culpa sí la tiene el otro y, aunque a menudo adopta una forma persecutoria -el otro me ataca, me mina, me acusa-, puede adoptar tonos menos invasivos cuando se identifica al otro con la naturaleza o con algún tipo de cualidad abstracta del mundo

  • La clave de la paranoia es que la persona quiere poner orden, eliminar la maldad, ya sea porque interpreta que es algo que han urdido los humanos o porque es el resultado de algún proceso natural. 

  • El paranoico se presenta como el único intérprete o legítimo heredero de una ley o conocimiento, ya sea un dogma religioso, una teoría social o educativa, o algún tipo de verdad científica.

  • Cuánto más fija y rígida es la atribución de la culpa al mundo exterior, más probable es el diagnóstico de paranoia.

  • Los neuróticos no luchan por gran cosa, más bien viven en la fantasía de que otra persona le resolverá la vida. Los neuróticos evitan el riesgo, pero los paranoicos ponen su energía al servicio de las causas en las que creen y ellos les debemos tanto las mejores como las peores transformaciones de nuestra sociedad.

  • En la paranoia, a menudo, el delirio se trata como un mensaje que debe transmitirse, y esta pasión por la verdad puede venir acompañada de un rechazo a lo que es falso, no auténtico, o socialmente convencional. Puede adoptar la forma de un rechazo a la tecnología, la atención médica o los hábitos alimenticios comunes, y puede estar relacionado con un proyecto para regresar a la natural, cómo si la naturaleza fuera, en sí misma, una forma de verdad no adulterada.

  • En la paranoia hay una denominación del deseo del otro -la CIA el FBI etc- mientras que en la esquizofrenia el sujeto se queda en un nivel en el que trata de entender este deseo.

  • El significado, por tanto, es más o menos fijo en la paranoia, pero inestable en la esquizofrenia. Esto es justo lo que observamos en la práctica: los lamentos del paranoico son inmunes al consejo o la intervención, mientras que el esquizofrénico puede llegar a describir su franqueza, su indefensión contra todo lo que ocurre, como si no hubiera un significado central y unificador que pudiera proporcionarle protección y orientación.

  • En la psicosis el sujeto tiene que inventar: en el caso del paranoico poniendo nombre a lo que no funciona en el mundo; en el caso del melancólico poniendo nombre a lo que no funciona en su interior, y en el caso del esquizofrénico como una actividad no resuelta y perpetua.

  • En la psicosis está presente en todas partes el tema de ser excepcional ya sea un héroe o un chivo expiatorio, el sujeto ocupa un lugar especial y único

  • La marca distintiva de la psicosis no es el contenido del sueño, sino la relación del soñador con él, el lugar que le confiere en su vida

  • La ausencia de duda es el indicador más claro de la presencia de psicosis, esta seguridad puede adoptar la forma de la convicción absoluta de alguna verdad ya sea un delirio paranoide o la de una teoría científica o un dogma religioso

  • Los tormentos cotidianos del neurótico son las dudas: “me ama el otro? amo realmente al otro?”, muy distintos del caso del psicótico, que lo sabe con certeza: me aman

  • Los neuróticos, inseguros con respecto a sus objetivos o al sentido de sus vidas, se verán arrastrados de manera natural hacia alguien que sepa exactamente lo que quiere, que insiste en algún tipo de conocimiento verdad con determinación ciega.

  • El delirio surge de una experiencia fundamental de significado a la que los demás no tienen acceso, un momento de certeza que puede reconocerse a posteriori por el modo en el que la persona intenta corroborarlo, y no por su contenido real.

  • Esta claridad, que marca la ausencia de represión, es una señal común de psicosis. Una persona neurótica llega con un síntoma que necesita descodificación, con la psicosis es distinto la persona llega con un síntoma, pero sabe por qué lo tiene. La creencia inquebrantable en esta causalidad es la marca de la psicosis. Sin embargo, en los casos neuróticos siempre hay un margen de duda o culpa: me han maltratado pero, qué papel he jugado yo?

  • La interpretación de los detalles en los gestos de los otros puede ser perfectamente correcta, pero la amplificación de las señales cotidianas les puede resultar insoportable a los psicóticos, y llevar a recelos, disputas o desavenencias constantes con el entorno

  • Los psicóticos ven cosas que los demás no somos capaces de ver,  es esta percepción exacerbada de los detalles la que le da la capacidad de los descubrimientos más revolucionarios a menudo los realicen los sujetos psicóticos

  • La primera señal diagnóstica de la psicosis era la fijación de los opuestos bueno o malo que no admitía dialéctica o cambio

  • El uso de un antiguo término, acuñar nuevos términos a la presunción de que el oyente comprende el significado de una nueva palabra son indicios clásicos de la psicosis.

  • Cuando los padres imponen conscientemente un tabú en el pensamiento, el niño construye un delirio. Esto también es compatible con la vida normal y solo se convierte en un problema cuando los acontecimientos externos ponen en cuestión el delirio.

  • Cree que los propios pensamientos y el cuerpo son controlados por otra persona es un rasgo específicamente esquizofrénico, no los encontramos en la paranoia.

  • La tradición rusa consideraba el pensamiento como algo importado: interiorizamos el diálogo de nuestro entorno, lo que nos permite establecer la estructura del pensamiento. Los pensamientos, en este modelo, vienen primero desde el exterior y adoptan la forma de un diálogo, de hecho, justo lo que algunos sujetos psicóticos nos cuentan sobre su experiencia.

  • Cualquiera puede sufrir alucinaciones, pero para que puedan considerarse un fenómeno psicótico, las alucinaciones deben tener un significado para la persona: esta tiene que interpretarlas como una señal dirigida a ella incluso si no tiene ni idea de qué intentan comunicarle

  • Muchos sujetos psicóticos nunca experimentarán el desencadenante de la psicosis. La vida sencillamente seguirá, y no llegará el momento del colapso la desintegración

  • Hay una sensación de significación personal en estos significados, diferente de la continuidad de su experiencia previa. El coche que pasa, el cambio de clima o el artículo del periódico le señalan de algún modo. Las señales cotidianas empiezan a hacer alusión a la persona, y estas ideas de referencia pueden llegar a cobrar impulso. Como dijo un sujeto psicótico: todo significa algo. El mundo ha cambiado, es diferente, tiene un significado, una necesidad, pero el sentido real todavía no está claro

  • La sensación de que los cambios del mundo tienen que ver con uno mismo

  • Sin embargo, el sujeto paranoico a menudo siente que el cambio le ocurre a su entorno, en el caso del esquizofrénico, su cuerpo es el que primero registra la idea de que se está produciendo un cambio.

  • Un extraño caminando por la calle podría constituir una señal que yo debía interpretar.

  • Lacan lo llama los momentos fértiles que permiten la elaboración de un delirio: la persona se da cuenta de que tiene una misión o de que otro está conspirando contra ella

  • Se ha abierto un agujero en el mundo del significado y la persona debe tratar de reorganizar, reconstruir, reelaborar así en la última fase se construye un nuevo significado conjunto de significados, que establece un orden en el mundo. Se llama delirio y su objetivo es volver a unir el significante y el significado

  • El encuentro con algo que no se puede simbolizar, debido a la ausencia de lo simbólico, tiende a empujar al sujeto psicótico en la dirección de la creación (del delirio)

  • El fingir una emoción se consideraba por los analistas y psiquiatras de los años 50 como un signo de psicosis, hoy se ha convertido en una norma de subjetividad saludable.

  • Hay psicóticos que llevan una vida aparentemente normal. ¿Cómo lo hacen? La respuesta reside una identificación ideal la persona se identifica con un rol social o una función particular, que le da una identidad, un punto de anclaje

  • El proyecto de cada sujeto psicótico de reestructurar su mundo debe tomarse en serio.

  • Las percepciones fundamentales expresadas por sujetos psicóticos deben ser respetadas e integradas en cualquier proceso terapéutico para que encuentren un lugar en el mundo real, en lugar de una sociedad ideal que exista solo en la imaginación del terapeuta.

  • El sujeto psicótico busca unir lo real, lo simbólico y lo imaginario.

  • Las terapias cognitivas son útiles porque proporcionan al sujeto un lenguaje, un modo de nombrar y ordenar su experiencia.

  • El proceso terapéutico no es solo explicar el significado, hay que escuchar también la explicación del paciente y cómo encaja esa explicación en su mundo.

  • En lugar de decirle al paciente que un delirio es malo, puede limitarse a presenciarlo no para evaluar su verdad absoluta sino simplemente para actuar como garantía del mismo un delirio después de todo es una construcción, un trabajo reparador que implica construir algo.

  • Los fenómenos de la psicosis no son signos de un déficit, sino, al contrario, un camino hacia la creación.

  • En el momento en que la vida humana se define en términos de utilidad, se abre la puerta a la estigmatización y la segregación.

  • El Tribunal Supremo de los Estados Unidos dictaminó en 1927 que la esterilización de los enfermos mentales era constitucional. Ninguna legislación europea era similar.

  • En 1937 el 66% de los estadounidenses estaba a favor de la esterilización de los enfermos mentales

  • La redacción del proyecto de ley de la Alemania nazi se hizo copiando casi en totalidad las leyes de esterilización estadounidenses especialmente las del Estado de California

  • El activista eugenésico estadounidense Madison Grant escribió “la muerte de la gran raza”, en el que instaba a la erradicación de los no aptos. Hitler escribió al autor una carta expresando su admiración.

  • Alex Carrell, el físico estadounidense galardonado con el premio Nobel, propuso la exterminación de los no aptos en pequeñas instituciones eutanásicas con gases adecuados. Este modelo fue copiado por los nazis

  • Reconocer la locura discreta, la locura cotidiana, puede enseñarnos los mecanismos que permiten que la psicosis se estabilice

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