- · Aceptar a fondo la relación de dependencia que me une a mi hijo me resultó clave para sortear la fuente de malestar y malhumor permanente en que suelen convertirse las necesidades de un hijo cuando se las concibe como obstáculos para lograr otros fines.
- · La huida del cuidado como destino femenino les impedía comprender el cuidado como algo distinto del sacrificio.
- · Algunas de nosotras nos estamos convirtiendo en los hombres con los que nos gustaría casarnos.
- · Esta organización social provoca que sea prácticamente imposible criar a nuestros hijos como de verdad nos gustaría hacerlo
- · Cada día acusamos la incompatibilidad entre nuestras necesidades antropológicas y las componendas a las que nos vemos obligados para acoplarnos a la dictadura de la economía.
- · Se habla continuamente de libertad, de autonomía, de realización personal y de búsqueda de la felicidad, pero vivimos atados a las cadenas del trabajo asalariado y el consumismo y nos encontramos más perdidos y solos que nunca.
- · El que la felicidad se encuentre en ser autónomos y autosuficientes es una mentira (impuesta por una sociedad que impone el hedonismo y la identificación y realización personal a través de bienes materiales). La aparición de un hijo resulta una circunstancia tan abrupta e inapelable que la certeza de que se trata de una ficción se impone por sí misma.
- · La ciencia demuestra una correlación entre la colaboración de las abuelas en la crianza y unos índices de natalidad más elevados.
- · Si uno busca lealtad y empatía en el mundo del trabajo sencillamente está cometiendo un error categórico: está mirando en el lugar equivocado.
- · El amor tiene una fecha de caducidad, más alllá de la cual la prolongación de una relación se convierte en patológica.
- · Esta sociedad es tan enfermiza que si renuncias a hacer lo que hacías antes de tener un hijo, se interpreta como una capitulación, como una renuncia a tu estatus de individuo.
- · Esmuy complicado mantener el tipo de compromiso que exige un hijo si lo que me define son exclusivamente mis preferencias.
- · La maternidad podría ser una buena ocasión para cuestionar los modelos de vida típicos del hiperconsumismo contemporáneo.
- · Renunciar a la maternidad no te hace ni más ni menos libre, como tampoco lo hace el reducir a mi ingesta de líquidos diarios a la mitad.
- · La dinámica económica y social desincentiva constantemente la opción de tener hijos.
- · La cultura hedonista que nos rodea no solo defiende la libertad y la movilidad del comprador y ensalza las virtudes de la independencia y la realización personal (ficticia), sino que además vincula ese desarrollo individual con el ocio y el consumo por un lado, y con la carrera profesional por el otro. En esa visión del mundo triunfante, la maternidad solo puede aparecer como esclavitud o como autorrealización narcisista.
- · Es lo que sucede con la maternidad narcisista. Si mi hijo ha de ser un instrumento para mi realización como individuo, tendrá que ser él quien se amolde a mí. El problema es que a los niños son entidades libres que no tienen por qué someterse (como nosotros estamos) a las peculiaridades de nuestro sistema social.
- · Estamos imbuidos en una ideología hedonista y egoísta que nos lleva a defender nuestro bienestar individual por encima de todo.
- · Las comunidades, una vez destruidas, son extremadamente difíciles de regenerar.
- · Un niño no es un proyecto de adulto, sino que un adulto es “lo que queda del niño” A.M. Matute
- · La mercantilización generalizada y la extensión del trabajo asalariado pone en peligro sistemáticamente los lazos sociales en los que se fundan estos cuidados mutuos.
- · Nuestra vida no es una progresión de independencia hasta alcanzar el cenit que da paso a la decadencia de la senectud (como nos hicieron creer los neoliberales, ser libres para comprar). Al revés, estamos inmersos en una red inextricable de dependencias y vulnerabilidades.
- · Solo los dioses o los monstruos pueden estar solos. Aristóteles
- · La dependencia, que siempre había visto como un defecto, es un hecho irrebasable de amplia repercusión social.
- · El cuidado de un niño exige tal grado de compromiso, material, social y emocional, que ni siquiera nuestra sociedad líquida puede ocultarlo por completo.
- · El hecho de que las mujeres asumiesen todo el trabajo doméstico hizo infinitamente más egoístas a los hombres.
- · No acepto que las guarderías constituyan una herramienta básica para la liberación de la mujer, entre otras cosas porque el mercado de trabajo es un mecanismo de desigualdad y alienación, no de emancipación. Las guarderías son hoy aparcaderos de niños cuya necesidad ha sido impuesta por la economía y por una ideología centrada en la producción y el empleo remunerado.
- · El segundo hijo siempre socava la creencia de los padres en su poder para moldear a sus hijos.
- · Nuestra sociedad da la espalda completamente a la centralidad de los cuidados.
- · El reto es conseguir que los cuidados pasen a ocupar el centro de la vida política y económica.
- · Los problemas de madres y padres tienen que ver, principalmente, con una dinámica social profundamente hostil a la crianza.
- Necesitamos una organización social en la que ser madre no implique salirse del mundo ni hacer equilibrios imposibles; en la que participar activamente en la vida común no signifique mutilar la experiencia maternal ni externalizar el cuidado.
domingo, 19 de marzo de 2017
¿Dónde está mi tribu? (Carolina del Olmo, 2013)
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