Lo que cuenta para ser feliz no es la cantidad de bienes de
consumo, sino la relación contingente entre los bienes y la conducta.
· Tanto el capitalismo como el socialismo están sujetos a la expansión y por ello al consumo y a la contaminación.
· Hay muchas cosas en el modo de vida que tenemos ahora que son totalmente insanas…
· Lo importante es animar a nuestra gente a considerar cada hábito y costumbre como susceptible de mejora. Una constante actitud experimental hacia todo.
· Sorprendente pieza de ingeniería cultural… ¡El horario flexible! El resultado es casi increíble.
· Quien busca y consigue un puesto administrativo es un individuo excepcional.
· Trabajamos con más habilidad y más rápidamente durante las primeras cuatro horas del día.
· El aburrimiento es mucho más fatigoso que un trabajo intenso que te entusiasma.
· Estamos equiparando las ocho horas de algunos con las cuatro de todos.
· Thoreau observó que el obrero medio de Concord tenía que trabajar de diez a quince años para simplemente conseguir un techo con el que cubrirse. Nosotros lo ganamos en unas diez semanas.
· Lo que sí exigimos es que el trabajo de un hombre no coarte su espíritu o amenace su felicidad.
· Las utopías surgen del desprecio hacia la vida moderna.
· Faltan las debidas condiciones para la creación de arte y la música.
· Mayor estímulo personal. Tiempo para pensar. Tiempo para crear; esas son las claves.
· A nuestros niños se les enseña a pensar.
· La adolescencia debería ser breve, libre y sin dolor. Así lo hacemos en Walden Dos.
· No nos podríamos casar hasta que Steve consiguiera un trabajo, y no sería muy bueno que digamos. Luego tendríamos que conseguir un par de habitaciones junto a las vías del tren. Y nuestros niños nacerían en casa y crecerían, como la mayoría de los niños de la ciudad, en la calle… En Walden dos podríamos evitar todo eso…
· Lo que pretendemos crear mediante nuestros experimentos culturales en Walden Dos es un sistema de vida que satisfaga las necesidades sin necesidad de propaganda y por el que no tengamos que pagar el precio del atontamiento de la persona.
· La democracia no es una garantía contra el despotismo.
· Una destrucción desigual del bienestar destruye más incentivos de los que crea y, evidentemente, no puede laborar por el bien común.
· La posibilidad de crear un sistema de vida satisfactorio, disminuyendo al máximo posible los contactos con el gobierno, era el punto más brillante en toda la argumentación de Walden Dos.
Pensé en los millones de jóvenes que en aquel mismo instante buscaban un puesto en la vida dentro de una estructura social y económica en la que no tenían fe… Qué diferencia entre el ideal y la realidad. Qué felices serían en Walden Dos.
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