jueves, 2 de agosto de 2012

Solaris (Stanislav Lem 1961)





Solaris es una obra enorme. Yo tengo que reconocer que llegué a ella a través del genial film del no menos genial cineasta ruso Andréi Tarkovski. La película me fascinó, me dejó totalmente obnubilado la originalidad y profundidad de la historia, y también, todo hay que decirlo, la maestría del ARTISTA ruso -las mayúsculas no son casualidad- para plasmar en imágenes toda la metafísica y diversos niveles de lectura que contiene la narración original de Lem, a la que por si ya no fuera más que suficientemente ambiciosa, añadió un final con una gran carga psicológico/existencialista que le suma un nivel más de complejidad.
Stanislav Lem nos engaña con una historia de ciencia ficción, para sumergirnos de lleno en la reflexión sobre la naturaleza humana, sobre la inteligencia, sobre la identidad y sobre lo que es en esencia "la vida" y "lo vivo". Se utiliza el vasto Universo exterior para hablarnos de algo tan minúsculo, pero a la vez tan importante como el intrincado interior psicológico del ser humano. Esto último, que es un recurso típico pero no por ello menos efectivo en su capacidad evocadora, de la ciencia ficción, alcanza con la obra de Lem cotas estratosféricas. El autor polaco nos habla de la necesidad humana de superar el pasado y las experiencias traumáticas que están vinculados a este, para poder vivir el presente de una manera libre y plena; nos pone frente a frente con un “organismo” vivo e inteligente, pero completamente diferente a nosotros, lo que nos hace cuestionarnos nuestro lugar en el Universo, nuestra -aún- visión antropocéntrica del cosmos y de la “vida”, y nos enseña lo increíblemente limitados y toscos en que podemos llegar a ser en materia emocional a pesar de los miles de años de evolución que tenemos a nuestras espaldas y las “maravillas” tecnológicas que somos capaces de realizar con nuestro cerebro.
Para los amantes de la Ciencia ficción es una obra de obligada lectura, para el resto, una historia sobre la condición humana contada desde un punto de vista muy original. Tengo pocas frases seleccionadas, pero es que la obra entera es una maravilla:




*    El hombre, a pesar de las apariencias, no inventa metas. El tiempo, la época, se las imponen. El hombre puede someterse a una época o sublevarse, pero el objeto aceptado o rechazado le viene siempre del exterior.
*    Todos sabemos que somos seres materiales, sujetos a las leyes de la física y la fisiología, y toda la fuerza de nuestros sentimientos no puede contra esas leyes. ¿A qué entonces esperar el retorno de esa persona desaparecida? La fe inmemorial de los amantes y los poetas en el poder del amor, más fuerte que la muerte, el secular finis vital sed non amoris es una mentira, inútil y dolorosa. ¿Resignarse entonces a la idea de ser un reloj que mide el transcurso del tiempo, y cuyo mecanismo tan pronto como el constructor lo pone en marcha engendra desesperación y amor? ¿Resignarse a la idea de que todos los hombres reviven antiguos tormentos, tanto más profundos cuanto más se repiten, volviendo siempre sobre los mismos temas sin llegar nunca a acercarse lo más mínimo a la solución? Quizá eso es lo que nos queda, pero sin embargo, todos esos pensamientos tienen que tener cierto propósito, y la ínfima posibilidad de llegar a conocerlo es lo que nos mantiene con vida…
*    …Yo ya no tenía ninguna esperanza, y sin embargo, vivía de esperanzas.



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