El anarquismo -al igual
que el comunismo- funciona maravillosamente sobre el papel. Un ser humano
totalmente libre, independiente, con solo su cerebro y su inteligencia como eje director de su conducta, con una ética y una
moral propias y perfectas. Un ser humano sin que sufra la dictadura normativa
de nadie -incluidos iglesia y estado-, un ser humano en su estado natural y
salvaje que con el solo uso de su cerebro sea capaz de tomar todas las
decisiones posibles, y todas correctas. Ese es el estado de libertad y autorrealización que nos
propone el autor ruso, el estado más ideal y sano tanto desde el punto de vista
social como fisiológico. Pero en la práctica todo se desmorona por culpa del
gregarismo instintivo del ser humano, por culpa de su propensión grupal, por
culpa de su necesidad irreflexiva a seguir a un líder, por culpa de su
limitación cognitiva. Es simple estadística, al aumentar el número aumenta la
variabilidad de comportamientos, y esto lleva a que a alguien se le ocurra no hacer
lo correcto.
De todos modos, es muy
interesante y enriquecedor leer a Bakunin -al igual que a otros autores de
pensamiento similar- para transportarnos a lo que pudimos haber sido y a lo que
sería una sociedad en la que el ser humano conociese la verdadera libertad. En
este profundo y elaborado libro, el
afamado pensador anarquista nos desmenuza punto por punto y con una lógica
sencilla y aplastante, la estupidez, no ya del mecanismo de pensamiento
religioso, si no de su misma existencia. Además, también deshace por completo
cualquier argumento que pueda existir a favor de la constitución de un Estado.
Y tiene razón.
En mi humilde opinión, y
basándome en la ciencia psicológica, sociológica y biológica, esta situación
ideal tan solo tiene cabida en la teoría, y en último caso, en pequeñas
comunidades ligeramente aisladas. Siempre va a existir gente que no quiera
utilizar su cerebro y decida creer ciegamente en lo que le diga un sacerdote o
un presidente. Y ahí precisamente radica
el poder de estas instituciones. Yo centraría la crítica en desarrollar un
sistema en el que estado e iglesia estén completamente separados, y esta tenga
el mismo poder y contribuya a la sociedad -en lo referente a pagos y derechos-
igual que lo hace cualquier otra empresa privada. En lo referente al estado, mi
objetivo es lograr un estado en el que el ser humano tenga la mayor autonomía
de decisión y pensamiento posibles, siempre dentro de la democracia, pero sin
llegar al anarquismo, ya que, conociendo al protagonista de nuestra historia –el ser humano-, veo que
acabaría desembocando en una dictadura más que en una sociedad perfecta. Os
dejo mi selección de frases:
• Satanás fue el primer rebelde, el primer librepensador y emancipador de
los mundos.
• Tres principios
fundamentales constituyen las condiciones esenciales de todo desenvolvimiento
humano: 1) la animalidad humana -economía social-, 2) el pensamiento -la
Ciencia-; y 3) la rebeldía -la libertad.
• Los idealistas,
cegados por el fantasma divino que han heredado de los teólogos, proceden de
arriba a abajo, de lo superior a lo inferior. Totalmente contrario al orden
natural.
• El pueblo, por desgracia, es todavía muy ignorante, y es mantenido en
su ignorancia por los esfuerzos sistemáticos de todos los gobiernos, que
consideran esta ignorancia como una de las condiciones más esenciales de su
propia potencia.
• Aplastado por su
carga de trabajo cotidiano, privado de ocio, de comercio intelectual, de
lectura, de casi todos los estimulantes que desarrollan la reflexión en los
hombres, el pueblo acepta muy a menudo sin crítica y en conjunto las
tradiciones religiosas que, envolviéndolo desde su nacimiento […] se
transforman en él en una suerte de hábito mental y moral más poderoso que su
buen sentido natural.
• Solo hay tres medios para salir de la prisión económica de los países
civilizados, dos de ellos ilusorios y el tercero real: el burdel y la iglesia,
el libertinaje del cuerpo y el libertinaje del alma; el tercero es la
revolución social.
• Todas las religiones, con sus dioses, han sido creadas por la fantasía
crédula de los hombres, no llegados aún al pleno desenvolvimiento y a la plena
posesión de sus facultades intelectuales.
• El cristianismo es, precisamente, la religión or excelencia, porque
expone y manifiesta, en su plenitud, la naturaleza, propia esencia de todo
sistema religiosos, que es el empobrecimiento, el sometimiento, el
aniquilamiento de la humanidad en beneficio de la divinidad.
• Esclavo de dios, el
hombre debe serlo también de la iglesia y del estado, en tanto que este último
es consagrado por la iglesia.
• La idea de dios
implica la abdicación de la razón humana y de la justicia humana; es la
negación más decisiva de la libertad human y lleva necesariamente a la
esclavitud de los hombres, tanto en teoría como en la práctica.
• Si dios existiese no
habría para él más que un sólo medio de servir a la libertad humana: dejar de
existir.
• Si dios existiese realmente, habría que hacerlo desaparecer.
• La gran desgracia es que una gran cantidad de leyes naturales ya
constatadas por la Ciencia permanecen desconocidas por las masas populares,
gracias a los cuidados de los gobiernos y de la iglesia.
• No reconozco
autoridad infalible. Una fe semejante sería fatal a mi razón, a mi libertad. Me
transformaría inmediatamente en un esclavo estúpido y en un instrumento de la
voluntad y de los intereses ajenos.
• En una palabra,
rechazamos toda legislación, toda autoridad y toda influencia privilegiadas,
patentadas, oficiales y legales, aunque salgan del sufragio universal,
convencidos de que no podrán actuar sino en provecho de una minoría dominadora
y, contra los intereses de la inmensa mayoría sometida. Anarquistas.
• Con la libertad
política y social se ha creado el libre pensamiento.
• Una cosa es la doctrina de Cristo, apartada de todos los intereses
de esta tierra, y otra cosa es esta misma doctrina practicada por la iglesia,
brutalmente materialista desde que se empezó a constituir como potencia.
• La riqueza, el poder
económico y la opresión política de las masas son los dos términos inseparables
del reino de la idealidad divina sobre la tierra.
• Los hombres ilustres
piensan que las teorías idealistas, divinas, son esencialmente necesarias para
la dignidad y la grandeza moral del hombre.
• El materialismo parte de la animalidad para construir la humanidad;
el idealismo parte de la divinidad para constituir la esclavitud y condenar a
las masas a una animalidad sin salida.
• El materialismo niega el libre arbitrio y llega a la constitución de
la libertad; el idealismo, en nombre de la dignidad humana, proclama el libre
arbitrio y sobre las ruinas de toda libertad, funda la autoridad.
• Cómo ha podido llegar a albergarse una cosa absolutamente inmaterial
(el alma) en una cosa absolutamente material (el cuerpo)? He aquí una de esas
cuestiones que solo la fe, esa afirmación apasionada y estúpida de lo absurdo,
puede resolver. Es el más grande de los milagros.
• Con el nombre de dios
creen poder establecer la fraternidad entre los hombres, y al contrario, crean
el orgullo, el desprecio, siembran la discordia, el odio, la guerra, fundan la
esclavitud.
• Dios aparece, el
hombre se anula; y cuanto más grande se vuelve la divinidad, más miserable se
vuelve la humanidad.
• De todos los
despotismos, el de los doctrinarios o de los inspirados religiosos es el peor.
Son tan celosos de la gloria de su dios y del triunfo de su idea, que no les
queda corazón ni para la libertad, ni para la dignidad, ni para el sufrimiento
de los demás hombres vivientes, de los hombres reales.
• La única misión de la Ciencia es iluminar la ruta.
• La abstracción
científica es una abstracción racional.
• En la religión, el
todo absoluto es declarado nulo, y el nulo absoluto es declarado el todo.
• El alma no tiene
sentido, un ser infinito en sí no puede reconocer otro que le sea igual a su
lado. Dios no puede reconocer el alma.
• La teología, que
tiene por virtud ser absurda, y que cree en las cosas precisamente porque son
absurdas, ha puesto por encima de las almas humanas inmortales y por
consecuencia infinitas la infinitud superior, absoluta de dios.
• La libertad no es un hecho de aislamiento -como lo entienden los
anacoretas-, sino de reflexión mutua, no de exclusión, sino al contrario, de
alianza, pues la libertad de todo individuo no es otra cosa que el reflejo de
su humanidad o de su derecho humano en la conciencia de todos los hombres
libres, sus hermanos, sus iguales.
• Un cristiano no es un
hombre porque no respeta la dignidad humana en sí mismo, y por lo tanto no
puede respetar al otro. […] Un cristiano no tiene derecho a llamarse hombre,
porque el hombre no es realmente tal más que cuando respeta y cuando ama la
humanidad y la libertad de todo el mundo, y cuando su libertad y su humanidad
son respetadas, amadas, suscitadas y creadas por todo el mundo.
• No soy verdaderamente libre más que cuando todos los seres humanos
que me rodean, hombres y mujeres, son igualmente libres.
• Mi libertad, mi
dignidad de hombre, mi derecho humano, que consisten en no obedecer a ningún
otro hombre y en no determinar mis actos más que conforme a mis convicciones
propias.
• La libertad no puede
ser realizada más que en sociedad y solo en la más estrecha igualdad y
solidaridad de cada uno con todos.
• La libertad se
alcanza por el pleno goce de todas las facultades y potencias humanas para cada
uno por la educación, por la instrucción científica y por la prosperidad
material. Esto solo puede ser dado por el trabajo colectivo, material e
intelectual, muscular y nervioso de la sociedad entera.
• El error común y fundamental de todos los idealistas es buscar la
base de la moral en el individuo aislado.
• El individuo idealista de los religiosos, puesto que está dotado de
un alma inmortal, es infinito y completo en sí; por consiguiente no tiene
necesidad de nadie, ni aún de dios, y con más razón no tiene necesidad tampoco
de otros hombres; por lo tanto es el egoísmo personificado, el ser antisocial
por excelencia.
• El considerar la
existencia de muchos hombres igualmente inmortales, es decir, igualmente infinitos,
y por encima de ellos un dios todavía más inmortal y más infinito es una
incongruencia.
• La moral divina es la
negación absoluta de la moral humana.
• “Amarás a dios más que a ti mismo y amarás a tu prójimo tanto como a
ti mismo”, lo que implica el sacrificio de sí mismo y del prójimo a dios. Pasar
por el sacrificio de sí mismo puede ser calificado de locura; pero el
sacrificio del prójimo es, desde el punto de vista humano, totalmente inmoral.
• Por consiguiente, para complacer a dios y para salvar mi alma, debo
sacrificar a mi prójimo: este es el egoísmo absoluto.
• Ni en la antropofagia
–primera práctica del género humano- ni en la esclavitud se encuentra rasgo
alguno de principios divinos.
• Cuando se plantean
cuestiones indiscretas, que es incapaz de responder, porque el absurdo o se
resuelve ni se explica, responde con esa terrible palabra, dios, lo absoluto
misterioso, que al no ser nada ni significar nada, según ellos, lo resuelve
todo.
• Si dios es el amo absoluto, todos los hombres son sus esclavos
absolutos.
• El hombre es el más
individualista de todos los animales; pero al mismo tiempo –y este es uno de
sus rasgos distintivos- es eminente, instintiva y fatalmente socialista.
• Todos los mandamientos no se dirigen más que al individuo: no matarás
(excepto en los casos en los que te lo ordene yo mismo); no robarás ni la
propiedad ni la mujer ajenas (siendo considerada esta última como propiedad
también); respetarás a tus padres; pero sobre todo, me adorarás a mí, el dios
envidioso, egoísta, vanidoso y terrible, y si no quieres incurrir en mi cólera,
me cantarás alabanzas y te prosternarás eternamente ante mí.
• No hay ni sombra de
solidaridad en la sociedad tal y como la sueñan los cristianos en la que nada
es por la gracia de los hombres, sino todo por la gracia de dios.
• Son un rebaño hasta
el punto de que les es prohibido unirse para la reproducción de la especie sin
el permiso o la bendición de su pastor, pues sólo el sacerdote tiene derecho a
casarlos en nombre de ese dios que forma el único rasgo de la unión legítima
entre ellos.
• En nombre de dios se maldicen todas las relaciones naturales
humanas, incluida la amistad ya que el cristianismo solo permite amar en nombre
de dios.
• Reemplaza la
solidaridad natural por la práctica hipócrita y malsana de las comunidades religiosas, en las que bajo la apariencia de
la caridad, cada cual piensa sólo en la salvación de su alma: egoísmo humano
altamente refinado.
• El miedo es el verdadero comienzo del sentimiento religioso.
• La sola pluraridad de
los dioses que tenían los griegos, es una garantía contra el absolutismo.
Además, no existía esa contradicción lógica
moralmente monstruosa entre el bien y el mal.
• Satanás ¿de dónde procede?, ¿es como Ahriman, el igual a dios? No,
es obra de dios, por lo tanto fue dios quien engendró el mal.
• La idea de la
creación es una idea completamente humana.
• La existencia de dios perfecto es incompatible con la del mundo,
pues este no es perfecto. Si el mundo existe, dios no puede existir.
• Misterios insondables, nos gritarán los teólogos. Tonterías
insoportables, les responderemos nosotros.
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