domingo, 17 de diciembre de 2023

Alicia en el país de las maravillas (Lewis Carroll. 1865)





* Alicia, la niña que viajaba mediante sueños a lugares extraños y diferentes, cuya lógica no era la del mundo normal y cuyos habitantes tampoco tenían perecido alguno con el de los habitantes del mundo normal.
* Yo soy una niña, dijo Alicia un poco insegura al recordar la cantidad de veces que había cambiado a lo largo del día.
* Y así permaneció, sentada y con los ojos cerrados, y casi llegó a convencerse de que se encontraba, realmente, en el País de las Maravillas. Pero sabía muy bien que, en cuanto abriera los ojos, todo volvería a ser lo que realmente era. La hierba volvería a ser solo hierba, y el Mar de Lágrimas volvería a ser la laguna que tenía junto a ella; y el tintineo de las tazas se convertiría en el distante tañer de las esquilas de un rebaño de ovejas; y los gritos de la Reina en las voces de algún zagal llamando a su rebaño...
* Pero si yo no quiero estar entre locos…, comentó la niña. ¡Ah! Pero eso no puedes evitarlo, le dijo el gato: aquí estamos todos locos. Yo estoy loco. Y tú también. ¿Y cómo sabes que estoy loca? preguntó Alicia. Tienes que estarlo a la fuerza, le contestó el Gato, de lo contrario nunca estarías aquí…
* ¿Y no es la mano Suave de una madre la que corre las cortinas y su dulce voz la que te ordena levantarte? Levantarte y olvidar, a la radiante luz del sol, los horribles sueños que tanto de asustaron cuando todo estaba en tinieblas.
* ¿Y a quién le importáis?, ¡Sólo sois una baraja de cartas!
* A veces sólo es la locura lo que nos convierte en lo que somos.
*  —Lo mejor es que bailemos. 
   —¿Y que nos juzguen de locos señor conejo? 
   —¿Usted conoce cuerdos felices? 
   —Tiene razón, bailemos.
* Finalmente, trató de imaginarse cómo sería su hermanita Alicia convertida en mujer adulta. Y cómo guardaría a lo largo de su vida el alma cándida de cuando era niña. Trató de imaginársela rodeada ya de hijos, contándoles, quizás, aquel increíble viaje onírico... y sabiendo que Alicia reviviría entonces, en la alegría y la tristeza de sus hijos, aquellos dulces días de su niñez, los felices días del País de las Maravillas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario