Son tiempos de cansancio, de empacho, de náusea, fatiga, hastío, tristeza, insatisfacción y deseos de muerte, cuya causa, al parecer, radicaría en un exceso de positividad, una fuerza tan autística, autocentrada y autorreferencial que nos conduce, al menos a la mayoría, precisamente a lo contrario de “lo deseado”.
Hay tres vías por las que las nuevas tecnologías afectan al desarrollo: (1) por el efecto directo de las pantallas en la salud; (2) por su especial capacidad de interferir y competir con todas las actividades que sí están relacionadas con un sano desarrollo y (3) por los efectos perjudiciales en el desarrollo provocados por los contenidos que se vierten en ellas, especialmente en las redes sociales
Fumar mata a 8 millones de personas en el mundo cada año. Más de 1,2 millones de estas muertes se atribuyen a la exposición al humo del tabaco ajeno, de las cuales más de 63 000 muertes se produjeron entre niños menores de 10 años
Sin el mundo digital en la infancia y la adolescencia muchos niños y adolescentes no presentarían tanto malestar, no padecerían estas problemáticas y, entre los que las padecieran, muchos presentarían cuadros de menor intensidad y serían más asumibles por los sistemas de salud.
Los efectos de la exposición prematura a las pantallas desbordan los recursos cognitivos y emocionales de nuestros niños y adolescentes y, por extensión, los servicios educativos, sociales y sanitarios que les ofrecen cobertura.
“Demencia digital” es la afectación del aprendizaje y del funcionamiento cognitivo que provoca la exposición a pantallas en los periodos de desarrollo, una afectación sobre la que se ha ido acumulando evidencia en los últimos años.
Combatir el tabaco repercute en múltiples efectos beneficiosos para la salud con el único efecto adverso es que perjudica la salud económica de la industria tabacalera.
Muchos gimnasios prohíben la entrada a los menores de 18 años porque las actividades que allí se practican interfieren con el sano desarrollo físico de los menores.
Son las grandes empresas tecnológicas las que tendrán que demostrar que sus productos no solo no son nocivos para la salud de nuestros hijos en periodo de desarrollo, sino que presentan efectos beneficiosos que superan con mucho los perjuicios. Y lo tienen difícil porque la evidencia disponible apunta a lo contrario.
No voy a negar que la digitalización, en parte, es inevitable e irreversible, sería una incoherencia y no conozco a nadie que haya abogado por tal cosa; pero por el momento, y a la luz de los datos, es perjudicial para los niños y adolescentes.
La reducción del uso de redes sociales en smartphones produce una mejora significativa de la satisfacción con la apariencia y peso en jóvenes.
Todo el malestar generado tras el confinamiento se atribuyó a la pandemia y al COVID-19, y no se metió en la ecuación al uso masivo de redes sociales y pantallas.
El uso de redes sociales durante la pandemia, contrariamente a lo esperado por algunos, pero en línea con la evidencia disponible en aquel momento, se asoció con un aumento de la depresión y la ansiedad.
Los efectos negativos sobre la autoestima, la presión por la delgadez y la insatisfacción corporal que se asocian con el uso de la plataforma instagram afectan en mayor medida a las mujeres.
Para las mujeres la ventana de afectación a la exposición a redes se observa entre los 10 y los 13 años, mientras que en los hombres se observa entre los 14 y los 15 años.
La asociación pantallas y sintomatología depresiva se produce a través de dos vías de acción diferenciadas: la primera por los riesgos asociados a propio uso (exposición a violencia, comparaciones, etc) y la segunda porque dicho uso competía con otro tipo de actividades que habían demostrado correlación inversa con la sintomatología depresiva (actividades al aire libre, participación en actividades comunitarias)
Hay amplia evidencia de que las tentativas autolíticas son el principal factor predictor de nuevas tentativas de suicidio y de la muerte por suicidio.
La emisión de la serie “13 reasons why” se relacionó con un incremento de hasta un 34% de la conducta suicida en adolescentes, especialmente en mujeres.
Se observaron alteraciones atencionales identificables en adolescentes sanos a partir de los 20 minutos diarios de exposición a la pantalla del móvil, a diferencia de sus iguales con menor exposición.
Es mi dolor y mi desesperanza superior a mi vinculación a la vida? En el hogar y el colegio es dónde se consigue la vinculación a la vida: Vinculación escolar positiva y supervisión parental.
Las pantallas y la digitalización no mejoran el rendimiento académico, sino todo lo contrario.
El mundo digital mejora el trabajo, pero interfiere con el aprendizaje, primero hay que aprender y luego se entra en el mundo digital.
El algoritmo de TikTok no solo conoce a nuestro hijo sino que lo sugestiona, lo influencia, modifica sus hábitos y su conducta y le impide evolucionar, nutriéndolo de forma inagotable con “lo que le interesa” y cerrando otras alternativas como por ejemplo “lo que le conviene saber o aprender”. (Lo educa para ser un usuario adicto y un consumidor.)
El estar pegado a la tele con el Baby Einstein no lo educa, al contrario, lo perjudica porque está perdiendo un tiempo valiosísimo que puede enriquecer las pocas horas que está despierto: el contacto con los padres, las miradas, escuchar la voz y percibir sus diversas tonalidades o simplemente sentirse cobijado entre los brazos, escuchar los latidos del corazón y reconocer el olor de sus padres.
Las microinterrupciones de los padres con el teléfono móvil generan un contexto estresante para la criatura.
El desarrollo socioemocional de los niños de entre 7 y 23 meses se ve afectado por la interferencia que provocan las interrupciones propias de estar atento al móvil por parte de los padres.
El auténtico aburrimiento es un generador de creatividad, un promotor de la acción. El “aburrimiento” actual del que se quejan los chicos con acceso a las pantallas es otro tipo de aburrimiento, que en realidad se asemeja más a un empacho, a un colapso, a la fatiga de los receptores sensoriales. No viene de una falta, sino de un exceso.
Las personas que recurren a las redes sociales para aliviar el aburrimiento o para conectarse socialmente acaban desarrollando tendencias y patrones de comportamiento patológicos.
El uso de pantallas durante la infancia está relacionado con un deterioro de la salud visual y con alteraciones del sueño, a la vez que es un promotor de sobrepeso y obesidad generado por el sedentarismo y el fomento de malos hábitos alimentarios.
Es la persona la que está en el centro y es la digitalización la que debería ponerse al servicio de las personas, no sacrificar a las personas para mantener la salud de la industria digital.
Tres vías de afectación de la relación entre padres e hijos: (1) el tiempo empleado con el móvil compite con el dedicado a otras actividades, reduciendo las oportunidades de interacción; (2) la atención dividida, es decir, el cambio continuo de la atención del móvil a interactuar con el niño, puede dificultar la interpretación y la respuesta ante las señales del niño; (3) el uso del teléfono móvil a menudo provoca respuestas emocionales negativas en quien lo utiliza, como estrés, ira o celos, que interfieren negativamente en la interacción de los padres con sus hijos y les impiden estar emocionalmente disponibles.
Toda vinculación con un objeto electrónico compite con la vinculación real con la vida. En la infancia y la adolescencia; la desconexión es la única forma de estar realmente conectado.
La digitalización está hecha para ayudarnos a trabajar en la edad adulta, no para aprender en la infancia y la adolescencia.
Tanto los alumnos que no precisan una ayuda adicional como los que sí, han de integrar y hacer consciente el proceso de aprendizaje, pues la conciencia de ese proceso les permitirá conocerlo, regularlo y otorgarle sentido.
Las pantallas interfieren en todos los procesos que la propia naturaleza ofrece al niño para aprender sin ser consciente: el juego libre, la relación con los otros, el contacto físico y visual, la creatividad, la imaginación, etc.
El tiempo frente a pantalla en los niños de 24 y 36 meses se asociaba con un desempeño deficiente en el logro de los hitos del desarrollo de los niños a los 36 y 60 meses, respectivamente.
Escribir el enunciado no sirve únicamente para practicar la escritura, también impacta en la comprensión lectura del propio enunciado, otro elemento esencial para el desarrollo.
Los adolescentes no pueden adquirir un sentido crítico desde la nada, desde el vacío, no pueden hacerlo sin estar armados con un vasto sentido propio, a partir del cual podrán referenciarse y referenciar todos los datos e informaciones que sin duda les seguirán llegando.
EL 83,7% de los consejos sobre salud mental de TikTok son engañosos. EN el caso de hablar de TDAH, el 100% lo son.
Para quién es oro mi tiempo? Quién está interesado en que mi vida vaya más rápido? Al que comercia con ese tiempo.
El uso de pantallas reduce la capacidad del niño para controlar sus impulsos como también su empatía.
A un niño no se le puede imputar antes de los 14 porque se tiene en cuanta que no tiene completado su nivel de neurodesarrollo, entonces tampoco deberíamos dejarles cancha libre para que den rienda suelta a todas sus ganas de hacer daño e intimidar a otros, sin embargo, con acceso libre a las pantallas tienen una ventana directa a sus víctimas para intimidarlos, perseguirlos, humillarlos a todas horas, sin ser conscientes aún de las consecuencias.
Son víctimas de la cascada de positividad que circula en las redes sociales, mensajes infinitos de felicidad impuesta, estándares de vida inalcanzables, imposición de patrones de belleza y de éxito irrealizables, constantemente sometidos al látigo de la comparación desfavorable.
La exposición a las pantallas desborda los recursos cognitivos y emocionales de nuestros niños y adolescentes y, por extensión, a los servicios sanitarios que les ofrecen cobertura.
Garantizar la protección del proceso de desarrollo de niños y adolescentes prohibiendo su acceso a un mundo contaminado, al menos hasta que se hayan (neuro)desarrollado suficientemente para enfrentar esos peligros por sí mismos.
La tv impide que los niños jueguen y es mediante el juego como los niños aprenden y se desarrollan
No hay comentarios:
Publicar un comentario