- Caminando sólo una hazaña importa: la intensidad del cielo, la belleza de los paisajes. Andar no es un deporte. 
- Todo lo que me libera del tiempo y del espacio me aleja de la velocidad. 
- “Estuve toda la mañana en buena compañía, hasta que vino alguien a visitarme” —Thoureau 
- No tener nada que hacer más que caminar permite recuperar el puro sentimiento de ser, redescubrir la simple alegría de existir, la que constituye la esencia de la infancia. 
- La marcha, al liberarnos de carga, al arrancarnos la obsesión del hacer, nos permite recobrar esa eternidad infantil. 
- El costo de una cosa es la cantidad de vida que hay que da a cambio de ella, de manera inmediata o durante un periodo de tiempo. 
- La frugalidad es descubrir que la sencillez satisface por completo. 
- El verdadero sentido de la marcha no es ir hacia la alteridad, sino estar al margen de los mundos civilizados, sean los que sean. 
- A lo largo del camino, uno pierde poco a poco su identidad y sus recuerdos, para no ser ya más que un cuerpo que camina interminablemente. 
- Con demasiada frecuencia y desde hace demasiado tiempo, nos invaden imágenes perniciosas que nos hacen creer que la plenitud depende de la posesión materia y del reconocimiento social. 
- La felicidad es frágil en el sentido de que no es repetible. Son ocasiones, como hilos de oro en la trama del mundo. 
- Lo ineluctable en la marcha es que, una vez hemos partido, estamos obligados a llegar. 
- El trabajo siempre acaba por provocar nerviosismo, por culpa de una concentración demasiado larga. 
- Vivir por encima de nuestras posibilidades es, ahora y siempre, explotar al prójimo. 

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