• La tarea del cuentista y del novelista es inventar una mentira y componer, para que la mentira resulta convincente.
• Si te aparecen nuevas ideas mientras escribes, no te obligues a resolver el problema de inmediato, ponte en movimiento y haz otra cosa mientras ves a tus personajes en acción.
• Un escritor deja de lado la realidad y organiza sus materiales con palabras para ofrecer una realidad alternativa.
• Las fases de la narración son: la posibilidad del suceso, la realización y el resultado.
• Hay que señalar los momentos culminantes de cada capítulo. (Y de la historia total.)
• Si se nombra la luna, esa luna tendrá posteriormente una función en la totalidad.
• Narrar consiste tanto en saber qué información debes decir como la que debes reservarte.
• Un inicio debe atrapar al lector.
• Puedes plantear un conflicto en los primeros párrafos o sugerir que algo va a ocurrir.
• Escribe el inicio de tu historia refiriendo un momento dramático vivido por el protagonista en lugar de describir primero el entorno.
• Los diálogos breves e incisivos contribuyen a un mayor dramatismo, a darle más fuerza a la escena.
• En una historia tipo psicológico, pueden predominar la descripción y la escena, pero se recurrirá poco al resumen.
• Escribe relatos breves basados en el siguiente esquema: descripción/acción/descripción/acción; acción/descripción/acción; descripción/acción/descripción
• La descripción informa con el propósito de ampliar el campo narrativo.
• No intentes copiar la realidad tal cual es, sino reorganizarla en el texto con un sentido estético. Describir es hacer ver y no explicar.
• Descripción de condiciones atmosféricas: ¿cómo es? ¿Cómo está? ¿Dónde está? ¿Se ven animales, cosas, personas? ¿Qué hora del día refleja? ¿Qué colores predominan? Qué ruidos se oyen? ¿Qué olores se aprecian?
• El tipo de narrador condiciona el tipo de relato.
• Es decir, te conviene reconocer el tono de la idea para encontrar después el tono de tu narración escrita.
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