Cuanto antes se
exponga un niño a las pantallas, más probabilidad habrá de que en
el futuro haga de ellas un uso abundante y frecuente.
Los años de la
infancia son fundamentales para el aprendizaje y la maduración
cerebral
Los adultos
aprendemos nuevas habilidades o conductas reajustando circuitos
cerebrales ya existentes, mientras que los niños construyen nuevos
circuitos continuamente.
Cincuenta
minutitos de nada que un bebé dedica a las pantallas cada día,
sumados a lo largo de veinticuatro meses, suponen más de
seiscientas horas, lo que equivale aproximadamente a las tres
cuartas partes de un curso de educación infantil.
Si es necesario
habrá que intentar explicarle al menor que lo que a él le hace
daño no es necesariamente malo para los adultos, porque el cerebro
de estos se encuentra ya “terminado” mientras que el de los
niños aún está en proceso de construcción.
El alcance de
la reorganización del córtex cerebral provocada por la práctica
asidua de un instrumento depende mucho más del inicio temprano del
aprendizaje (antes de los siete años) que del tiempo total de
estudio.
En materia de
desarrollo y aprendizaje, es mejor que evitemos malgastar el
inigualable potencial de los primeros años.
Para crecer
adecuadamente los niños no necesitan Apple ni los Teletubbies, sino
al ser humano. Necesitan palabras, sonrisas, abrazos. Necesitan
experimentar, mover su cuerpo, correr, saltar, tocar, manipular,
experiencias corpóreas. Necesitan dormir, soñar, aburrirse,
dedicarse al juego simbólico. Necesitan contemplar al mundo que los
rodea, interactuar con otros niños. Necesitan aprende a leer, a
escribir, a contar y a pensar.
Cuánto más
tiempo de consumo de pantallas menor es el rendimiento académico.
Una hora diaria baja la nota un grado.
Los niños de
primaria que no tienen televisión en su habitación obtienen
mejores calificaciones en matemáticas, expresión escrita y
comprensión escrita que sus compañeros que sí tienen tv en la
habitación
“Muy
pronto, en los colegios los libros se considerarán objetos
obsoletos. Nuestro sistema escolar cambiará drásticamente en 10
años” —Thomas Edison, 1913 (en referencia al cine)
“La radio
llevará la gente al interior del aula, para poner al alcance de
todas las personas los servicios de los mejores profesores”
—Darrow B. 1930
“El
televisor convertirá cada salón, cada despacho, cada desván, en
un aula potencial; se podrá multiplicar a los mejores profesores y
proporcionar a los alumnos las ventajas de una instrucción
superior.” —Lyndon Johnson 1960 (niños de Samoa).
A pesar de las
considerables inversiones en ordenadores, conexiones a Internet y
programas informáticos educativos, existen pocas pruebas sólidas
de que un mayor uso de los ordenadores por parte de los estudiantes
conduzca a una mejora de las puntuaciones en matemáticas y lectura.
La tecnología
puede ayudar a optimizar una enseñanza de excelente calidad, pero,
por muy avanzada que sea, jamás podrá paliar los efectos de una
enseñanza de pésima calidad.
Los
profesores competentes mejoran a los alumnos, la tecnología no.
La
introducción de las herramientas digitales en el aula es una fuente
de distracción para los alumnos y, en consecuencia, un
significativo factor de incremento de los problemas escolares.
Cualquier
herramienta digital (SMS, RRSS, mail, etc) utilizada en paralelo
provoca una reducción del nivel de entendimiento y memorización de
los elementos presentados.
En Idaho y
Florida, para ahorrar costes y saltarse el cupo de alumnos, crearon
aulas sin docentes, sólo con ordenadores y un facilitador. El
resultado fue desastroso. Los políticos que lo promovieron llevan a
sus hijos a colegios privados con profesores de carne y hueso muy
competentes.
Existe una
obligada dependencia de la comprensión con respecto al saber
previamente adquirido, lo que explica en buena medida por qué las
nuevas generaciones se encuentran con tantas dificultades a la hora
de emplear Internet para documentarse.
Los recién
nacidos prefieren las caras a cualquier otro tipo de estímulo
visual, las voces a cualquier otro estímulo auditivo y el
movimiento biológico a cualquier otro tipo de movimiento (the
development of social brain functions in infancy)
Las neuronas
espejo reaccionan ante seres humanos, pero no ante los gestos de
esos mismos seres humanos en una pantalla
Efecto
deficitario de vídeo: dificultad para aprender de contenidos
presentados en una pantalla (como videos o televisión) en
comparación con situaciones de aprendizaje en vivo o presenciales.
En bebés de
18 meses, cada media hora que le dediquen al día a un teléfono
móvil multiplica casi por 2.5 la probabilidad de que sufran
retrasos lingüísticos (movile media device asociated with
expresive languaje)
El volumen
de interacciones verbales tempranas permite prever el nivel
lingüístico y el cociente intelectual que tendrá el niño a la
edad de diez años (languaje experience in the second year of life)
La interacción
con un humano anima a la repetición de los sonidos, refuerza las
vocalizaciones correctas y es la única que encarna la dimensión
comunicativa del lenguaje
Nuestro
cerebro presta mucha más atención a los seres humanos que a los
vídeos, y la atención es la pieza clave y esencial de la
memorización, en entendimiento y el rendimiento cognitivo.
En general,
internet tiene una pobreza lingüística menor que la de un libro
Internet
tiene un formato fragmentario, que dificulta la comprensión y la
memorización, además de afectar a la atención
El formato
libro es más sencillo de manipular y de captar que el formato
pantalla (físico, espacio, tacto, olor, luz reflejada, etc…)
Un mismo
texto se comprende mejor en papel que en digital sea cual sea la
edad de los lectores (comparissons of Reading performance)
El
consumo de tv de entre una y tres horas al día en adolescentes de
catorce años multiplica por 1.4 el riesgo de padecer problemas de
atención a los dieciséis años. Por encima de las tres horas lo
triplica. Quienes presentan déficit de atención a los 16 tienen 4
veces más riesgo de fracasar en los estudios.
Los
videojuegos estimulan los circuitos de atención exógena
(periférica), activarla antes de ir al colegio no es recomendable
igual que no es recomendable tomarse un café antes de acostarse.
El FOMO (fear
of missing oportunity) tiene un origen biológico debido al instinto
de comprobar el entorno para asegurarse de no estarse perdiendo algo
necesario para la supervivencia
Basta con
perder la atención dos o tres segundo para que el tren del
pensamiento descarrile (momentary interruptions can derrail de
train..)
La pregunta que
se hacen los creadores de estas redes es “¿cómo consumir el
máximo de vuestro tiempo y de vuestra capacidad de atención?” y
señalan que para manteneros enganchados hay que conseguir que
liberéis un poco de dopamina con una regularidad suficiente a
través del “me gusta” o del comentario que recibís. Esto os
llevará a publicar más y más y a recibir más más comentarios,
“me gusta” etc. entrando en un bucle infinito de (falsa)
validación social.
Un exceso de
estímulos sensoriales durante la infancia y la adolescencia incide
de un modo perjudicial en el desarrollo del cerebro. Un exceso de
imágenes, sonidos y otros elementos incitantes es favorable a la
aparición del déficit de concentración, síntomas de
híperactividad y de conductas adictivas. (twenty year trends in
diagnosed attention-deficit disorder among…)
Cuánto más
tiempo pasen los niños con pantallas más se alterarán, desde el
punto de vista cuantitativo y cualitativo, los intercambios
intrafamiliares. Cuánto más se pierdan los progenitores en los
meandros digitales, menor será su disponibilidad.
Las pantallas
alteran el volumen y la calidad de la interacción verbal a edades
tempranas; más adelante, obstaculizan la entrada en el mundo de la
escritura.
El
aprendizaje con pantallas, de producirse, requiere muchísimo más
tiempo y es infinitamente más fragmentarios y superficial que el
que proporciona la vida real.
Para
desarrollar su capacidad verbal el niño no necesita vídeos ni
aplicaciones móviles, sino simplemente que se le hable, que se le
pida que pronuncie palabras, nombre objetos, que se cuenten
historias y que se le invite a leer.
Sin
concentración es imposible estructurar el pensamiento en torno a un
objetivo. El entorno digital destruye la concentración y promueve
la distracción.
El cerebro
humano no está diseñado y no puede manejar semejante densidad de
estímulos exógenos por lo que sufre, entra en estrés y tiene
dificultades para desarrollarse adecuadamente.
No
dormimos para descansar, dormimos porque hay tareas que nuestro
cerebro no puede realizar cuando estamos en vigilia y que son
esenciales para su correcto funcionamiento.
Los niños
de entre dos y cinco años que pasan más de dos horas diarias
delante de una pantalla tienen casi dos veces más probabilidades de
dormir una cantidad de tiempo insuficiente que sus compañeros menos
consumidores. En los bebés este riesgo se cuadruplica.
Los libros
ayudan a adelantar la hora del sueño y a dormir mejor
Existe una
relación significativa entre el consumo digital y el sufrimiento
psíquico (depresión, ansiedad, malestar emocional, suicidio, etc.)
Cada hora
diaria que se pasa delante de la TV a partir de los 25 años se
acorta la esperanza de vida en 21, 8 minutos
En dos vasos
idénticos, el 55% se decantó por Pepsi. Cuando se sirvió cocacola
en dos vasos diferentes, uno con el distintivo de cocacola, la 60%
de los participantes aseguró que el que mejor sabía era el del
vaso de cocacoca. La preferencia que se suele mostrar por la
coca-cola no tiene nada que ver con que el sabor de esta sea mejor,
sino con la publicidad, que permite crear en el cerebro una serie de
conexiones artificiales dentro de las redes mnésicas entre esta
marca de refresco y diversos atributos emocionales positivos
(Prefrontal cortex damage abolished brand-cued changes in cola…
Neural correlates and behavioral preference for culturally familiar
drinks)
Eliminar
las escenas en las que aparece alguien fumando en películas
destinadas al público adolescente permitió reducir en un 18% el
inicio del hábito del tabaco. Esto implica reducir cada año en
todo el planeta un millón y medio de muertes.
Antes
nos comparábamos con nuestros vecinos, que casi siempre eran de
nuestra misma clase social, ahora nos miramos en el espejo de
mimllonarios televisivos y de redes sociales. Eso genera una eterna
carrera por el estatus que nunca se puede ganar y que genera un
infinito malestar que nos lleva a préstamos, estrés, agotamiento y
ampliación de los horarios de trabajo.
Debido a la
repetida exposición a escenas violentas y sexualmente explícitas
los espectadores acaban por aceptar la despreocupación, la falta de
protección, la promiscuidad, la violencia, etc. como algo normal.
Se produce una pérdida de sensibilización hacia esos problemas.
La exposición
a redes sociales está ligada a insatisfacción generalizad entre
las mujeres con respecto a sus cuerpos, a inversión en el propio
aspecto y a un incremento de aceptación de conductas alimentarias
desequilibradas.
En el fondo,
si tenemos en cuenta cómo funciona el cerebro, el hecho de que los
contenidos violentos tengan una profunda influencia en el
comportamiento no es una sorpresa; lo sorprendente sería que no lo
tuviera.
El cerebro
desactiva redes emocionales cuando se le expone repetidamente a
imágenes violentas
Las
pantallas alteran el sueño, un pilar esencia y vital del
desarrollo. Cuando el sueño se ve afectado, el individuo en su
integridad, tanto en el plano físico como en el emocional e
intelectual, se ve afectado.
Las pantallas
incrementan el sedentarismo, y este es un factor de riesgo de muchos
problemas de salud.
El profesor
cualificado y con buena formación es el único elemento que tienen
en común los sistemas escolares de mayor excelencia del planeta.
Cuánto
más se someta a un cerebro en desarrollo a la multitarea, más
permeable será a la distracción, menos rendirá, menos aprenderá
y menos memorizará.